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Con una goleada de alto nivel, la Selección se instaló en la final

El sueño está cada vez más cerca. La gloria le sigue haciendo guiños cómplices a la Selección. El equipo de Lionel Scaloni está en la final. Persigue el título que se niega desde hace tanto tiempo. Y esa persecución se dio con un excelente rendimiento porque supo desenredar la cerrada trama que le opuso Croacia y con efectividad, inteligencia y pasajes de alto vuelo redondeó una goleada impecable que alimenta las esperanzas de una Argentina que juega bárbaro y da muestras de un hambre de gloria incontenible.

El 3-0 fue una nueva prueba de la capacidad del Seleccionado para destrabar partidos complicados. Y cuando hallan el camino correcto, los albicelestes son implacables. Con Lionel Messi como líder de un grupo joven que lo ayuda a ser el mejor, la Selección se quitó de encima a un oponente muy exigente que se fue desinflando a medida que pasaban los minutos y el dominio de los de Scaloni era cada vez más marcado y más contundente.

Croacia planteaba un problema de difícil solución. Bien cerrado atrás sin necesidad de amontonar defensores en las cercanías de su arco, con orden en el mediocampo y jugadores de buen pie listos para salir de contraataque. Ante esa situación, Argentina debía apelar a su ingenio para abrir caminos que se antojaban inexistentes. No por nada los balcánicos llegaron invictos a ese duelo. No por nada dejaron en el camino nada más y nada menos que a Brasil.

LUKA MODRIC SUFRE. CROACIA SE FUE APAGANDO POR OBRA DEL GRAN NVIEL ARGENTINO.

Pasó un rato largo del primer tiempo en el que la Selección procuraba entrar por los costados -especialmente con Nahuel Molina-, mientras Lionel Messi buscaba un hueco entre los volantes y los defensores croatas para empezar a hacerle daño a un rival de sumo cuidado. Porque este conjunto de Zlatko Dalic no necesita erigir murallas impenetrables para adquirir la apariencia de un obstáculo difícil de superar.

Parecía desconectado del resto Julián Álvarez, a quien no le llegaba la pelota. Enzo Fernández no encontraba su lugar. Leandro Paredes se esforzaba por manejar los tiempos. Al mediocampo albiceleste el partido se le hacía cuesta arriba porque el trío Luka Modric -¡qué jugador!-, Marcelo Brozovic y Mateo Kovacic imponía condiciones en ese sector a pesar de su inferioridad numérica.

Emiliano Martínez y Dominik Livakovic pasaban una jornada bastante tranquila. El balcánico debió esforzarse para contener un remate de Enzo Fernández tras un pase de Alexis Mac Allister. Los croatas replicaron con una pelota pinchada por Ivan Perisic que se fue por arriba del travesaño. Parecía poco. Era muy poco.

LO DESTRABÓ EN EL MOMENTO JUSTO

Pero, se sabe, este tipo de partidos, parejos, enredados más por la astucia de los duelistas que por la cerrazón defensiva, se despejan con una sola maniobra. Y esa acción surgió cuando un pelotazo de Enzo dejó a Julián cara a cara con el arquero, quien no tuvo otra alternativa que derribarlo en el área.

Messi se paró delante de la pelota y con un fortísimo disparo venció a Livakovic desde los doce pasos. Iban 33 minutos de acción. Y apenas 300 segundos después la ventaja argentina se estiró a dos cuando el equipo de Lionel Scaloni construyó un contraataque letal. Todo comenzó con un córner croata interceptado y la salida a toda velocidad hacia el otro lado de la cancha terminó con Julián Álvarez encarando en dirección al área. Enfrentó a los defensores, hubo un rebote y a pura potencia se llevó la pelota y la introdujo en el fondo de arco.

LIONEL MESSI VOLVIÓ A ABRIR LA CUENTA DESDE EL PUNTO PENAL.

Así como una ráfaga de cinco minutos había dejado en la ruina al Seleccionado en el debut contra Arabia Saudita, la misma porción de partido había bastado para resolver el acertijo que planteaba Croacia.

Cuando volvieron del descanso quedó en claro que los balcánicos no podían quedarse de brazos cruzados. No habían inquietado a la última línea argentina y por eso Dalic sumó hombres a la ofensiva para restarlos de la defensa y el mediocampo. Claro, el cambio de planes se daba en un momento en el que el partido era otro porque su rival era otro.

Argentina demostraba que sabía cuidar la ventaja. Recuperaba rápido la pelota y salía inmediatamente hacia adelante aprovechando los espacios que dejaba Croacia. Por eso, por más que los europeos tenían más el balón, no lastimaban, ya que chocaban una y otra vez contra el impasable Nicolás Otamendi, el líder de una retaguardia muy sólida.

UNA ACTUACIÓN ESPECTACULAR

JULIÁN ÁLVAREZ LE PUSO LA FIRMA AL SEGUNDO GOL.

Paredes era amo y señor de la mitad del terreno. Rodrigo de Paul corría sin descanso y se encargaba de todas las coberturas. Enzo Fernández -otra actuación notable de este pibe que es un crack con todas las letras- y Alexis Mac Allister se mostraban dispuestos a jugar siempre. Messi no necesitaba entrar demasiado en acción, pero, cuando lo hacía, asustaba. Y brillaba como solo él puede hacerlo. Eso sucedió cuando se encontró con Enzo y exigió a Livakovic con un peligroso disparo.

Reapareció la línea de cinco en el fondo con el ingreso de Lisandro Martínez, el recurso ideal para reducir a la nada al trío de centroatacantes al que recurrió Dalic. El nuevo dibujo táctico terminó de definir el pleito porque Nahuel Molina y Nicolás Tagliafico se podían ir al frente, en el medio todos tocaban y permanecía latente la amenaza de una ofensiva lista para definir.

Estaba tan preparada que Messi recibió la pelota apenas pasada la mitad de la cancha y sobre la punta derecha se lanzó hacia el frente. Llegó al fondo, enganchó y la tocó al medio para el ingreso franco de un cada vez más decisivo Julián Álvarez, quien le puso la firma al tercer gol. Golazo, en realidad, de un equipo que desplegaba un juego de alto nivel para dejar en claro que el sueño de gloria no descansa.

Hasta hubo tiempo para el ingreso de Paulo Dybala. La primera acción del cordobés dejó cerca del gol Mac Allister, quien ya en el primer tiempo había tenido un peligroso cabezazo. Croacia no podía más. Había sido aplastada por un equipo de un nivel superlativo que más que nunca se ilusiona con repetir los gloriosos días de 1978 y 1986. Antes con el Matador Mario Kempes y con Diego Maradona. Hoy con Messi y su ballet.

LA SÍNTESIS

Argentina 3 – Croacia 0

Argentina: Emanuel Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi, Nicolás Tagliafico; Rodrigo de Paul, Enzo Fernández, Leandro Paredes, Alexis Mac Allister; Lionel Messi, Julián Álvarez. DT: Lionel Scaloni.

Croacia: Dominik Livakovic; Josip Juranovic, Dejan Lovren, Josko Gvardiol, Borna Sosa; Luka Modric, Marcelo Brozovic, Mateo Kovacic; Mario Pasalic, Andrej Kramaric, Ivan Perisic. DT: Zlatko Dalic.

Incidencias

Primer tiempo: 33m gol de Messi (A), de penal; 38m gol de J. Álvarez (A).

Segundo tiempo: Mislav Orsic por Sosa (C); Nikola Vlasic por Pasalic (C); 4m Bruno Petkovic por Brozovic (C); 16m Lisandro Martínez por Paredes (A); 23m gol de J. Álvarez (A); 26m Marko Livaja por Kramaric (C); 28m Exequiel Palacios por De Paul (A); 28m Paulo Dybala por J. Álvarez (A); 35m Lovro Majer por Modric (C); 40m Ángel Correa por Mac Allister (A); 41m Juan Foyth por Molina (A).

Amonestados: Romero, Otamendi (A); Kovacic, Livakovic (C).

Estadio: Lusail Iconic (Doha). Árbitro: Daniele Orsato, de Italia.