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¡Sí… Argentina campeona del mundo!

EL MOMENTO MÁS ESPERADO: LA COPA DEL MUNDO EN LAS MANOS DE LIONEL MESSI.

La ansiedad, los nervios… La ilusión. La combinación es explosiva. Las cábalas respetadas con fervor religioso. Cada pequeña -y grande también- coincidencia tomada como anticipo de un final feliz. Que la fecha de nacimiento de los árbitros, que el buzo amarillo del arquero, que la cuestión de medirse con finalistas del anterior torneo, que Canadá había estado en el ´86 y ese mismo año Marruecos le había ganado a Portugal, que la camiseta titular nunca pierde… ¡Uf! Cuánta tensión… Cuánta fe. Elijo creer. Anulo mufa. Todo sirve. Todo vale. Sí, vale el sufrimiento, el susto, la desazón que apareció de pronto… ¡Todo vale! Porque la gloria llegó desde los doce pasos tras un 3-3 increíble y, por fin, la Copa del Mundo está en las manos de Lionel Messi. Se hizo justicia.

En esa desesperada búsqueda de factores externos que brinden buenos augurios, faltó un aspecto mucho más decisivo. Vital para que el partido se tiñera rápidamente de celeste y blanco. Ese factor fue la inteligencia de Lionel Scaloni para plantear un partido perfecto. Un gran DT.

Porque apareció en la formación inicial Ángel Di María en una decisión que se intuía el recurso ideal para apretar a Theo Hernández sobre el flanco izquierdo de la defensa francesa. Al mismo tiempo, eso permitiría que Rodrigo de Paul y Nahuel Molina se repartieran el cuidado del peligroso Kylian Mbappé. Pero resulta que Fideo no jugó por la derecha, como lo hace habitualmente, sino que se paró del otro costado y le generó mil y un problemas a la retaguardia gala.

EL GOL DE ÁNGEL DI MARÍA, GRAN FIGURA.

Por si esa primera movida no alcanzara para una apertura perfecta, el mediocampo albiceleste presionó con una voracidad infernal. Enzo Fernández -cada vez más determinante-, Alexis Mac Allister y De Paul les ganaban la partida a Aurelien Tchouameni y Adrien Rabiot. Lionel Messi se ubicaba como una suerte de enganche para dar el pase final, Julián Álvarez listo para tocar o dar la última puntada, según conviniera en cada caso.

Esa intención quedó plasmada muy temprano, cuando Alexis -otra revelación digna de aplausos- probó puntería y encontró la respuesta de Hugo Lloris. O cuando De Paul le ganó a Hernández, tocó para Messi y este abrió para Di María, quien remató por arriba del travesaño.

Argentina dominaba con convicción. Atropellaba a un rival sorprendido por completo. Enzo buscó a Julián, quien la abrió a la izquierda para la entrada de Di María. Fideo se internó en el área perseguido por Ousmane Dembelé, que, con una clara incapacidad para marcar, le cometió una infracción que le dio la posibilidad a Messi de poner en ventaja a la Selección argentina.

La Pulga se paró delante de la pelota. Seguramente los nervios y las imágenes de otros momentos menos felices se apoderaron de él. Fue tranquilo hacia la gloria con un remate a la izquierda del arquero, que se tiró al otro costado. El 1-0 no solo era justo, sino que confirmaba que los albicelestes estaban haciendo todo bien.

MANEJA LA PELOTA ALEXIS MAC ALLISTER, UNA DE LAS REVELACIONES DEL NUEVO CAMPEÓN.

Si hacía falta alguna prueba más de esa superioridad, un largo rechazo de Molina con apariencia de pase cayó en poder de Messi. El capitán se la alcanzó a Julián, escala previa para el ingreso de Di María, quien definió ante la salida de Lloris. Un golazo. Un golazo de Fideo, el jugador que ya hace rato se libró de los fantasmas del pasado y hoy es el socio ideal de La Pulga y de todos en busca de un sueño enorme que se percibía cada vez más cercano.

Francia estaba azorada. No la tocaba Antoine Griezmann. Tampoco Mbappé. Su mediocampo no lograba la pelota y la defensa quedaba siempre a contrapié ante la velocidad y la movilidad de los delanteros argentinos.

Didier Deschamps pegó un manotazo de ahogado. Sacó a Dembelé y a Olivier Giroud, dos figuras casi decorativas, para hacer ingresar a Randal Kolo Muani y Marcus Thuram. Cambiaba por completo su fórmula de ataque. Movía a Mbappé al centro en una admisión de que Argentina había maniatado por completo al veloz delantero del PSG.

INCREÍBLE, PERO REAL

Por más que los galos procuraron adelantarse unos metros, el duelo no cambió. Los albicelestes estaban muy bien plantados con una defensa que deglutió a los atacantes rivales. Acertó ciento por ciento Scaloni con el ingreso de Nicolás Tagliafico, una fiera que clausuró la banda izquierda del fondo. Junto con Molina, Cuti Romero -impasable- y Nico Otamendi sacaron todo lo que llegaba. Dibu Martínez casi no intervino.

En el medio se multiplicaban Enzo Fernández y Alexis Mac Allister. Voraces en la presión y la marca y siempre listos para lanzar el equipo hacia adelante. Conmovedor el despliegue de De Paul… La Selección jugaba bárbaro.

KYLIAN MBAPPE APARECIÓ EN ESCENA PARA PONERLE SUSPENSO A LA FINALÍSIMA.

Deschamps quemó todos los papeles. Salió Griezmann, su principal usina de juego. Sí, es cierto, no estaba pesando en el juego. Pero es Griezmann… También quitó a Theo Hernández del fondo y agregó en la ofensiva a Kingsley Coman… El clásico recurso de sumar gente adelante cuando la desesperación domina las decisiones.

Pero el fútbol es tan imprevisible que hasta en esas circunstancias puede ofrecer sorpresas a granel. Pasó cuando Otamendi derribó en el área a Kolo Muani y Mbappé, hasta ese momento desaparecido en acción, descontó desde el punto penal. El arquero llegó a tocar la pelota, pero no logró impedir el gol francés.

Y casi inmediatamente Mbappé empató con una espectacular volea tras un pase perfecto de Marcus Thuram. Increíble pero real. Los de Deschamps estaban perdidos y resucitaron en un par de minutos. No solo eso: se llevaban por delante a una Argentina exhausta que se había desdibujado por completo. Tanto que sufrió hasta el silbatazo final del árbitro polaco Szymon Marciniak.

Aunque se antojaba imposible por la gran actuación de los de Scaloni durante casi todo el partido, el suspenso se extendía al tiempo suplementario. Media hora para sufrir.

¡SÍ, LA GLORIA ES ARGENTINA!

La intensidad albiceleste estaba casi extinguida. El cansancio le había ganado la partida al equipo. Los cuatro hombres de ataque de Francia, Coman, Kolo Muani, Mbappé y Thuram, machacaban contra una defensa que ya no contaba con el apoyo de los mediocampistas. Argentina también había perdido desequilibrio individual desde la salida de Di María poco después del cuarto de hora inicial del segundo tiempo.

Scaloni entendió que el agotamiento se había apoderado de su equipo y trató de renovar las energías con Leandro Paredes por De Paul y con Lautaro Martínez por Álvarez. Necesitaba recuperar el protagonismo que Argentina había perdido.

MESSI EMPUJA LA PELOTA PAR A SELLAR EL 3-2. EL CAPITÁN FUE VITAL.

Pasó media hora de dientes apretados. De nerviosismo extremo. Tanto padecer… Un remate de Gonzalo Montiel que Raphael Varane envió al córner y después se lo perdió Lautaro… Apareció Messi, cansado pero letal, y empujó la pelota cara a cara con Lloris. Sí, la gloria estaba cerca.

Parece mentira. ¿Siempre hay que sufrir? Un remate en dirección al arco de Martínez y la pelota pegó en el codo de Montiel. Otro penal para Francia. Otro gol de Mbappé, el tercero en un cotejo en el que apareció siempre en los momentos justos.

Y el 3-3, eterno, agónico… Kolo Muani perdió en la última acción con Dibu en una atajada que se festejó como un gol. Entonces el título se definió desde el punto penal. Volvió a aparecer el arquero albiceleste para contener el disparo de Coman después del acierto de Mbappé. Anotó Messi y lo imitaron Paulo Dybala -sí, pudo jugar los instantes finales- y Paredes… Tchouameni desvió su tiro y Kolo Muani acercó a Francia. Tenía la ventaja Argentina. Llegó el cuarto disparo. Le tocó a Montiel. Eligió patear a la derecha… La metió. ¡¡¡Argentina campeona del mundo!!!

OTRA APARICIÓN DECISIVA DEL DIBU MARTÍNEZ EN LOS PENALES.

Los abrazos, las lágrimas, las coincidencias que alentaban un final feliz, las cábalas que se respetaban… Sí… ¡¡¡Argentina campeona del mundo!!! Por fin… Tantos años de espera, tantas lágrimas… Tanta gloria en celeste y blanco… Messi tiene la Copa en las manos. El fútbol es justo.

LA SÍNTESIS

Argentina 3 (4) – Francia 3 (2)

Argentina: Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi, Nicolás Tagliafico; Ángel Di María, Rodrigo de Paul, Enzo Fernández, Alexis Mac Allister; Lionel Messi, Julián Álvarez. DT: Lionel Scaloni.

Francia: Hugo Lloris; Jules Kunde, Raphael Varane, Dayot Upamecano, Theo Hernández; Aurelien Tchouameni, Adrien Rabiot; Antoine Griezmann; Ousmane Dembelé, Olivier Giroud, Kylian Mbappé. DT: Didier Deschamps.

Incidencias

Primer tiempo: 22m gol de Messi (A), de penal; 35m gol de Di María (A); 40m Randal Kolo Muani por Dembelé (F); 40m Marcus Thuram por Giroud (F).

Segundo tiempo: 18m Marcos Acuña por Di María (A); 25m Eduardo Camavinga por T. Hernández (F); 25m Kingsley Coman por Griezmann (F); 34m gol de Mbappé (F), de penal; 36m gol de Mbappé (F).

Primer tiempo suplementario: Gonzalo Montiel por Molina (A); 5m Youssouf Fofana por Rabiot (F); 12m Lautaro Martínez por J. Álvarez (A); 12m Leandro Paredes por De Paul (A). Segundo tiempo suplementario: 3m gol de Messi (A);7m Ibrahima Konate por Varane (F); 10m Germán Pezzella por Mac Allister (A); 12m gol de Mbappé (F), de penal, 16m Paulo Dybala por Tagliafico (A); 16m Axel Disasi por Kounde (F).

Definición por remates desde el punto penal: Mbappé (convertido), Messi (convertido), Coman (atajado), Dybala (convertido), Tchouameni (desviado), Paredes (convertido), Kolo Muani (convertido), Montiel (convertido).

Amonestados: E. Fernández, Acuña, Paredes, Montiel (A); Rabiot, Thuram, Giroud (F).

Estadio: Lusail Iconic (Doha). Árbitro: Szymon Marciniak, de Polonia.