El estadio Santiago Bernabéu se hunde en la incredulidad. Un grupo de jugadores se apretuja en un festejo que se antoja extraño, hasta inverosímil. En realidad, es histórico. Los jugadores del Real Madrid, estrellas como Karim Benzema, Luka Modric, Eden Hazard y Thibaut Courtois, acaban de sucumbir contra el Sheriff Tiraspol, un equipo de ignotos que pertenece a un país que ni siquiera existe.
El fútbol es un deporte hermoso. Impredecible. Mágico. También irracional, por cierto. La Liga de Campeones de Europa, la famosa Champions League que reúne a los equipos más poderosos del planeta, les otorga, además, una cuota de protagonismo a conjuntos modestos, esos que deben conformarse con el antiguo ideal de Pierre de Fredy, el barón de Coubertin -creador de los Juegos Olímpicos modernos-, que reza que “lo importante es competir”. El Sheriff hizo mucho más que competir. Hizo historia.
En un partido correspondiente a la 2ª fecha del Grupo D de la Liga de Campeones de Europa el opulento Real Madrid perdió 2-1 en su estadio contra el Sheriff.
La desproporción de fuerzas, historia y poder económico de uno y otro equipo se antoja descomunal. El Real, múltiple campeón tanto de España como de Europa, cuenta con los ya citados Benzema, Modric, Hazard y Courtois, a quienes pueden agregársele Casemiro, David Alaba, Vinicius Junior… Sí, figuras de países con profusa trayectoria futbolística como Francia, Croacia, Bélgica, Austria y Brasil.
El Sheriff tiene en sus filas a varios sudamericanos que gambetearon a la fama como los colombianos Danilo Arboleda y Frank Castañeda, el peruano Gustavo Dulanto y los brasileños Fernando Costanza, Cristiano y Bruno y otros ilustres desconocidos procedentes de Moldavia, Malaui, Grecia, Bosnia, Trinidad y Tobago, Luxemburgo, Ucrania, Mali, Ghana y Macedonia del Norte…
Si se sumaran las cotizaciones de mercado de uno y otro equipo la diferencia sería abismal. El italiano Carlo Ancelotti cuenta con un plantel tasado en 793,50 millones de euros. Las huestes de su colega Yuri Vernydub, ucraniano, apenas valen 12,38 millones.
EL SUEÑO HECHO REALIDAD
Un potente remate del mediocampista Sebastien Thill selló la inesperada victoria a los 90 minutos de juego. Los visitantes se habían puesto en ventaja poco después del cuarto de hora inicial con un tanto de Djasur Yakhshibaev. Faltando 25 minutos había igualado transitoriamente el francés Benzema, de penal. La sorpresa se adueñó del fútbol mundial. Es un cuento de hadas. Más que eso: es casi un absurdo.
Thill se acaba de convertir en un héroe para los hinchas de su equipo. El propio jugador luxemburgués está viviendo un sueño del que no desea ser despertado. El mediocampista confirma esa situación con su propio cuerpo: tiene la pantorrilla izquierda cubierta por un hermoso y llamativo tatuaje en el que aparece él mismo acompañado por la imagen de la copa destinada al ganador de la Liga de Campeones de Europa.
El Sheriff, que jamás había soñado siquiera con ser parte de la Champions League, lidera el Grupo D con 6 unidades, producto de dos victorias. Lo siguen el Madrid, con 3; el Inter, de Italia, y el Shakthar Donest, de Ucrania, con 1. Increíble pero real.
VINO DESDE LA REBELDE TRANSNISTRIA
El Sheriff Tiraspol es un equipo con una historia singular. Pertenece a un país que no es tal y fue creado por una empresa de seguridad con dudosa reputación.
Tiras Tiraspol era un club nacido en 1996 cuya existencia se redujo apenas a un año. Así y todo había ascendido en su primera temporada de la tercera a la segunda división de Moldavia. El 4 de abril de 1997 se transformó en una entidad profesional que adoptó el nombre de la empresa de seguridad que había comprado el club: Sheriff Ltd. Esa firma lo rebautizó como FC Sheriff Tiraspol.
Con el fuerte respaldo de Sheriff Ltd., el equipo rápidamente se convirtió en protagonista del fútbol moldavo. Ascendió a la máxima categoría y obtuvo 19 títulos de liga, diez de la Copa y siete de la Supercopa de ese país. Además ganó dos ediciones de la Copa CEI, una competición de carácter amistoso entre los campeones de los países que integraban la antigua Unión Soviética.
Más allá de su supremacía en los certámenes locales, el Sheriff tiene una llamativa curiosidad geográfica. Nació en Transnistria, una región que internacionalmente es reconocida como parte de Moldavia, pero que en 1990 declaró en forma unilateral su independencia. Esa determinación derivó en una contienda bélica conocida como la Guerra de Transnistria, que se extendió entre marzo y julio de 1992.
Si bien se declaró el alto el fuego y se formó una comisión tripartita compuesta por representantes de Rusia, Moldavia y Transnistria para garantizar la paz, los separatistas no se rindieron.
Pese a que no es reconocida por las Naciones Unidas, Transnistria se declara Estado independiente y, bajo el régimen de democracia presidencialista, tiene su propio gobierno, parlamento, ejército, policía, sistema postal, constitución, bandera, himno, escudo y moneda (el rublo transnistrio).
¿EMPRESA DE SEGURIDAD?
Sheriff Ltd., la empresa propietaria del inesperado verdugo del Real Madrid, no es una firma común y corriente. Si bien su actividad inicial era la seguridad, mutó en un gigante polirrubro bastante curioso.
Era una pequeña compañía que empezó su actividad a principios de los ´90 y que hoy es un conglomerado de empresas que incluye estaciones de servicio, una cadena de supermercados, canales de televisión, una editorial, una constructora, un concesionario de Mercedes-Benz, una agencia de publicidad, una fábrica de licores y dos de pan, una red de telefonía móvil, está construyendo un hotel de cinco estrellas y, por supuesto, posee el FC Sheriff Tiraspol y su recién erigido Sheriff Stadium.
Con fuertes lazos con el gobierno de Transnistria, se ha beneficiado de la clase política para obtener favores aduaneros, entre otras ventajas. También supo anteponer sus proyectos económicos a las cuestiones nacionales y hasta se la ha acusado de contribuir a fraguar resultados electorales. No son pocos, incluso, los que sugieren que Sheriff Ltd. creció a partir de las operaciones de lavado de dinero y tráfico de armas.
Quizás las actividades de sus dueños puedan restarle romanticismo a la existencia del Sheriff Tiraspol. Pero, sin dudas, hizo historia a costa nada más y nada menos que del Real Madrid.
