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Un torneo que deja al desnudo al fútbol argentino

El fútbol argentino está desnudo y ni siquiera tiene el recato de cubrirse. Todo lo contrario: expone sus miserias con ridículo orgullo. Incluso con naturalidad. Tuvo la oportunidad de parar la pelota y ordenarse, pero no: decidió patearla para adelante con la pretensión de ganar tiempo. La consecuencia de esa determinación es la Copa de la Liga Profesional, un torneo armado con desprolijidad y que parece más una burda obligación impuesta para llenar el calendario que una competición seria y digna de una país que se golpea el pecho jactándose de su historia futbolera.

El actual certamen de Primera División no es un torneo común y corriente. Por lo pronto, ni siquiera otorga título de liga (como el que ganó Boca en la temporada pasada), sino que equivale a la Copa Argentina y a todas las otras como la Aldao, Ibarguren y tantas igualmente antiguas como esas que se hicieron más conocidas en los últimos tiempos cuando la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) las avaló en el recuento de campeonatos ganados por cada equipo.  

TINELLI PUSO A ELIZONDO EN LA SAF Y AHORA PRESIDE LA LPF.

Es lógico que tenga ese carácter porque en realidad completa la temporada 2019/20. Sustituye a la Copa Superliga, que pasó a mejor vida cuando los clubes y la AFA le extendieron el certificado de defunción a la Superliga Argentina de Fútbol (SAF), la estructura que presumiblemente había llegado para ordenar el caos organizativo y económico, pero duró apenas tres años.  

La AFA y las instituciones de Primera armaron la Liga Profesional de Fútbol (LPF), que tiene en la conducción a Marcelo Tinelli, presidente de San Lorenzo, y curiosamente uno de los ideólogos de la SAF que hasta llegó a poner en la cabeza de la efímera organización a Mariano Elizondo, un hombre de su riñón. Así, el exitoso conductor televisivo había conseguido depositar los pies en el fútbol luego de su fracaso electoral cuando buscó la presidencia de la AFA y se topó con el bochornoso 38-38 en una votación de 75 personas.

La SAF tenía metas ambiciosas. Entre ellas impulsaba el fair play financiero, que obligaba a los clubes a no gastar más de lo que recaudaban. San Lorenzo fue uno de los que incumplió esa norma y eludió las sanciones previstas por el reglamento -y acordadas entre los clubes- por obra y gracia de la mentada rosca política que tanto apasiona a los dirigentes. Ese fue el primero de los golpes que terminaron noqueando a la organización encabezada por Elizondo.

Su caída final desembocó en la abrupta interrupción -pandemia mediante- de la Copa Superliga, que cerraba el calendario 2019/20 y servía para terminar de definir los descensos y la clasificación a las competiciones internacionales. Entonces nació la LPF y después de varios meses de interrupción de la actividad por culpa del coronavirus los dirigentes idearon la actual Copa de la Liga Profesional, que otorga una plaza en la Libertadores 2021 y una a la Sudamericana 2022.

UNA COPA MÁS… TAL VEZ UN POCO AMARGA

La cuestión es que el flamante certamen no parece despertar el interés de la mayoría de los clubes. Por lo pronto, Boca, River, Racing y Argentinos ya están clasificados para la Copa Libertadores del año próximo. Vélez estaba cerca de obtener un cupo directo por su tercer puesto en la Superliga 2019/20, pero se le escapó porque perdió en su debut en la fenecida Copa Superliga y se tomó ese resultado para el cómputo de la tabla final, pese a que la fecha inicial de ese torneo no se completó y hasta la propia competición fue declarada desierta. De hecho, hasta se decidió suprimir los descensos.

ESTUDIANTES, UN EQUIPO DE PIBES QUE PERDIÓ A UN REFERENTE COMO MASCHERANO.

La Copa de la Liga es el instrumento con el que los clubes les devuelven a las empresas televisivas el favor de haber seguido abonando los derechos de pantalla pese a que no había actividad formal. Claro, como la avaricia es ama y señora del fútbol local, los dirigentes en el medio optaron por romper el contrato con Fox -junto con TNT, las dueñas de los derechos- con la excusa de que no se había aprobado en el país la fusión entre esa empresa y ESPN a través de la adquisición que hizo Disney -dueña de esa última señal- a nivel global.

Más allá de los aspectos de lucha antimonopólica esgrimidos por los clubes -la mayoría, porque Boca y River no estaban de acuerdo- y la AFA, el objetivo era renegociar con TNT Sports para conseguir más dinero para sus insaciables arcas. El plan, que hasta tenía el visto bueno del Gobierno nacional, falló porque la Justicia consideró que se debía respetar el vínculo suscripto con Fox y, apelación mediante, el caso todavía sigue en los tribunales.

Se sabía que por las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio que estaban vigentes en la Argentina, los partidos se iban a disputar sin público en las tribunas. River, que inició una ambiciosa remodelación de su estadio, intentó jugar como local en el River Camp, su complejo de entrenamiento en Ezeiza. Tinelli, en su rol de presidente de la LPF, puso el grito en el cielo y, con el respaldo de otros dirigentes, se opuso a esa salida con la excusa de que había que cuidar el producto.

La polémica duró bastante tiempo. Rodolfo D´Onofrio, presidente millonario, buscó el visto bueno de Claudio Chiqui Tapia, titular de la AFA.  Lo último que deseaban en la calle Viamonte era un enfrentamiento con uno de los clubes más poderosos del país. Por lo tanto, tomaron una postura ajena a la polémica y dejaron que la LPF le bajara el pulgar al plan de los de Núñez. El producto estaba a salvo. ¿Está a salvo?

RIVER NO PUDO SER LOCAL EN SU PREDIO DE EZEIZA.

Pero vayamos al fútbol. Mejor dicho: al juego. Esta Copa se superpuso con la Libertadores, entonces varios equipos dispusieron de formaciones integradas por suplentes en las primeras fechas para asegurarse la continuidad en el ámbito internacional.  La calidad de los partidos se resiente… y el producto no parece muy cuidado, aunque surjan excepciones como el golazo del Pulga Luis Rodríguez (Colón) contra Central Córdoba y que Carlos Tevez (Boca) continúe en buen nivel aunque también provoque controversias por su juego brusco.

En este punto también conviene citar un tema importante. El hecho de que la permanencia en Primera no esté en discusión por la anulación de los descensos fue un guiño para que los clubes redujeran los presupuestos para la conformación de  sus planteles y empezaron a aparecer pibes que en otras circunstancias no habrían saltado a la cancha tan masivamente.

Hasta el libro de pases fue inusualmente austero y no hubo contrataciones rutilantes. Para colmo, no bien arrancó la competencia se retiraron Fernando Gago (Vélez) y Javier Mascherano (Estudiantes), dos de los nombres fuertes que todavía quedaban en el empobrecido fútbol local. Sí, es verdad, Boca y River siguen contando con jugadores bien cotizados y en otros equipos todavía disponen de figuras de peso, pero el combo de juveniles, suplentes y poca jerarquía hace que los partidos no sean particularmente atractivos. Al final, el producto no está tan bien cuidado…

FUTURO INCIERTO

ATLÉTICO TUCUMÁN GANÓ SUS CUATRO PARTIDOS Y DEJO FUERA DE CARRERA A RACING.

Se sabe: los 12 mejores de la fase de grupos de la Copa de la Liga Profesional competirán por un lugar en la Libertadores del año próximo y los 12 restantes lo harán en busca de una plaza en la Sudamericana de 2022. Pero todavía queda resolver un detalle no menor. Está previsto que en la Libertadores de 2021 juegue el ganador de la Copa Argentina. ¿Alguien se acordaba de la Copa Argentina? Bueno, resulta que es preciso buscarle un lugar en la apretada agenda para que su realización sea posible.

Pero no todo termina allí. La actual competición tiene su finalización fijada para el 17 de enero. La AFA y la LPF planean la instrumentación de otra copa cuyo formato aún es una incógnita para llegar hasta marzo y así poder iniciar la temporada 2021 con un nuevo calendario, que se extendería hasta diciembre y representaría el adiós definitivo al esquema europeo (de septiembre a junio) que se adoptó hace 35 años en los tiempos de Julio Grondona al frente de la AFA y que nadie se había atrevido a tocar hasta ahora.

Claro, eso es parte de un futuro lejano e incierto. Por ahora no queda otra que seguir palpitando la Copa de la Liga Profesional, el parche deportivo que expone la desnudez de un fútbol argentino que no hace nada para cubrir sus miserias.