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El Calamar es de Primera

Las manos de Jorge De Olivera reducen a la nada el intento desde los doce pasos de Gastón Benavidez. Y entonces todas las manos de Platense se elevan al cielo. También se escuchan gritos desaforados que retumban formando un extraño eco en la  despoblada cancha de Newell’s. No es para menos: después de 22 años de eterna espera, el Calamar es de Primera.

Se abrazan, lloran, gritan las huestes del Chocho Juan Manuel Llop, el técnico que llegó para que el equipo encuentre el rumbo y haga realidad un sueño que se antojaba imposible.

DE OLIVERA ATAJA EL ÚLTIMO PENAL Y HACE REALIDAD EL ASCENSO.

La emoción se apodera de Daniel Vega, el veterano goleador que se ilusiona con jugar al menos una vez con la camiseta marrón y blanca que tanto ama al menos una vez en la élite del fútbol argentino antes de colgar los botines.

Saavedra, el barrio porteño en el que nació el club está de fiesta. Se le une con idéntica satisfacción Vicente López, la localidad en la que Platense levantó su hogar cuando dejó su emblemática cancha de Manuela Pedraza y Cramer.

El Calamar acaba de derrotar 4-2 en la definición por disparos desde el punto penal a Estudiantes de Río Cuarto en la finalísima por el segundo ascenso desde la Primera Nacional luego de igualar 1-1 en los 90 minutos reglamentarios. La historia devuelve a Platense al lugar que perdió en 1999.

LA EMOCIÓN DE DANIEL VEGA.

De Olivera; Braian Lluy, Nicolás Zalazar, Luciano Recalde, Juan Infante; Mauro Bogado, Hernán Lamberti; Franco Baldassarra, Facundo Curuchet, José Luis Sinisterra; y Matías Tissera fueron los once que Llop mandó a la cancha para intentar el regreso tan demorado.  

También fueron protagonistas Stefano Callegari, Ignacio Schor, Mauro Bogado, Tiago Palacios,  Joaquín Susvielles,  Roberto Bochi,  Alexis Messidoro, Gianluca Pugliese, Jonathan Bustos, Nadir Zeineddin, Andrés Desábato, Nahuel Iribarren, Cristian Marcial, Patricio Pérez y, por supuesto, Trapito Vega, quien a los 39 años supo aceptar que a esta altura de su carrera su aporte es tan valioso dentro como fuera de la cancha.

Todos ellos, en mayor o en menor medida contribuyeron a devolver a Platense el lugar que orgullosamente ocupó durante muchas décadas y que perdió el 13 de junio de 1999, cuando la goleada por 3-0 a manos de River lo envió a la B Nacional. Una semana más tarde se despidió de la Primera A ganándole 2-0 a Estudiantes en La Plata con goles de Walter Coyette.

LOS ONCE QUE DEFINIERON CONTRA ESTUDIANTES DE RÍO CUARTO.

EN MARRÓN Y BLANCO

La historia cuenta que Platense nació el 25 de junio de 1905 por obra y voluntad de un grupo de jóvenes que consiguieron con la victoria del caballo Gay Simon en el Hipódromo de Palermo los fondos para darle vida al club. El equino pertenecía al stud Platense y nada mejor que ese nombre para identificar a la nueva institución.

Por un tiempo el equipo vestía de rojo y anaranjado o de negro, hasta que se adoptó para siempre el marrón y blanco, los colores de la vestimenta del jinete que montó a Gay Simon ese día. Desde entonces y para siempre, Platense no podía ser otro que el Marrón.

EL CAPITÁN SANDOVAL POSA CON SU COLEGA DEL MILAN.

Cinco años después empezó a competir oficialmente. En 1913 logró por decreto el ascenso a Primera, donde se mantuvo hasta el descenso de 1955. En esos tiempos consumó hazañas impensadas como el triunfo sobre el Milan en una gira por Italia y Suiza en 1951.

Fue el 14 de febrero, cuando con dos goles de Federico Geronis y uno de Rogelio Cuello derrotó a los rojinegros por 3-2 (los tantos del perdedor los marcó el sueco Gunnar Nordhal) con una formación integrada por Rubén Villafañe, Francisco Alberti (luego, Eduardo Domínguez), Juan Carlos Menéndez; el capitán Raimundo Sandoval, Víctor Rodríguez (Roberto Dutruel, que pertenecía a Atlanta), Jorge Alberto Maldonado, Enrique Hoffman; Cuello (no era jugador de Platense, pero Talleres de Córdoba lo prestó para la gira); Geronis; Francisco Rodríguez (Juan Carlos Carrera, también jugador del Bohemio) y Miguel Ferro.

EL GRAN EQUIPO DE 1949.

Ese inolvidable triunfo junto con el 4-0 sobre el Spezia fueron los únicos en esa excursión que incluyó derrotas contra Sampdoria por 2-1, Lugano (Suiza) por 3-1, Lazio por 6-0 y Bologna por 3-1.

Eran buenos tiempos, reflejados en la excelente campaña de 1949, cuando igualó con River el segundo puesto detrás de Racing, el campeón.  Terminó tercero al perder los dos desempates con los millonarios. Julio Cozzi; Juan Carlos Menéndez, Victor Gallardo; Sandoval, Manuel Rodríguez, Adolfo Mammana; Santiago Vernazza, Antonio Báez, Geronis, Francisco Rodríguez y el goleador Vicente Sayago eran los habituales titulares.

A UN PASO DE CAMBIAR LA HISTORIA

El Calamar regresó a Primera en 1965 y dos años después, con Angel Labruna como entrenador, estuvo a unos minutos de cambiar la historia del fútbol argentino. El 3 de agosto de 1967 el equipo que todavía actuaba como local en la cancha de Manuela Pedraza y Cramer disputó contra Estudiantes una de las semifinales del Metropolitano.

LA FORMACIÓN SEMIFINALISTA EN 1967.

El partido, duro, parejo, tenía arriba a Platense por 3-1. Dos tantos de Carlos Bulla y uno de Fernando Lavezzi tenían contra las cuerdas al Pincha, que había arrancado en ventaja a través de un gol de Marcos Conigliaro. Faltando media descontó Carlos Bilardo y un rato después el Narigón, pícaro, provocó al arquero Juan Carlos Hurt, quien no tuvo mejor idea que pegarle una patada. Un penal insólito que Eduardo Madero transformó en el 4-3 definitivo.

Hurt; Domingo Aranda, Leonardo Oscar Mansuetto, Jorge Recio, Juan Carlos Murúa; Gualberto Muggione, Néstor Togneri, Néstor Subiat; Fernando Lavezzi, Carlos Alberto Bulla, Luis Medina fueron los hombres que pudieron haber provocado un vuelco impensado en el fútbol argentino y mundial, pues ese torneo le dio a Estudiantes su primer título, el que significó el puntapié inicial para sus triunfos en la Copa Libertadores y la Intercontinental.

ETERNO SOBREVIVIENTE

EL ABRAZO A MIGUELUCCI, EL HÉROE CONTRA LANÚS.

Entre 1972 y 1976 Platense transitó las canchas de la B. En el Metropolitano´77 cumplió una pobre campaña que lo obligó a jugar su permanencia en un mano a mano con Lanús. Fue un partido durísimo, eterno, bajo una lluvia torrencial. Pasaron los 90 minutos a puro dramatismo sin que se quebrara el 0-0. Después media hora más y nada cambió. Comenzó la tanda de remates desde los doce pasos. Entonces aparecieron las manos salvadoras de Omar Miguelucci, quien atajó cuatro disparos y el Marrón terminó imponiéndose 8-7. El primer milagro de muchos que se avecinaban en la próxima década.

En 1978 otra vez el descenso amenazó a los de Saavedra. La salvación llegó cuando Roberto Del Prete le atajó un penal al delantero Osvaldo Cerqueiro y permitió el triunfo de Platense por 2-1 sobre Banfield que se consumó una semana más tarde con la victoria por 1-0 sobre Chacarita.

UN GOL A CHACARITA EN EL CUADRANGULAR DE LA MUERTE.

Más dramático aún fue el desenlace del Metro ´79. Platense, Chacarita, Gimnasia y Atlanta debieron jugar un desempate para evitar la pérdida de categoría. Quedó en el recuerdo como el Cuadrangular de la muerte. Sólo el primero de ese minicertamen  permanecería en Primera. Le tocó al Calamar, que empató 0-0 con el Lobo el 22 de julio, en la inauguración de su actual estadio en Vicente López, le ganó a bohemios y funebreros y en la Plata superó 2-0 a los triperos.

Gozó de un momento de paz y satisfacción cuando fue tercero en el Metropolitano de 1980, detrás del River dirigido por Labruna y del Argentinos Juniors en el que se lucía Diego Armando Maradona.

En la temporada 1985/86 sobrevivió al transformar agónicamente un 1-3 contra San Lorenzo en un 3-3 y un 0-2 con Independiente que se volvió 2-2 para obtener dos puntos clave para su causa.

UNO DE LOS GOLES DEL PAMPA GAMBIER CONTRA RIVER.

Un certamen más tarde, en pelea mano a mano con Temperley, un milagro que deparó mil y una sospechas hizo posible el triunfo por 3-2 sobre River en el Monumental con tres goles del Pampa Miguel Angel Gambier en 15 minutos el día en el que Américo Gallego cometió un penal ridículo que confirmó que ese día los millonarios también jugaron para el Calamar. Se hizo necesario un desempate contra los celestes que Platense ganó 2-0 con tantos de Gambier y Carlos Alejandro Alfaro Moreno.

EL TURCO HANUCH FESTEJA UNO DE SUS GOLES CONTRA BOCA.

Hubo una época de cierta tranquilidad en la que los hinchas disfrutaron el fútbol de Marcelo Espina, Darío Scotto, Mariano Dalla Líbera y Claudio Spontón. Parecía que el descenso había dejado de ser una pesadilla. Por esos tiempos, más precisamente en 1998, se produjo el inolvidable 4-0 sobre Boca en la mismísima Bombonera con dos goles del recientemente fallecido Turco Mauricio Hanuch.

La calma fue pasajera, pues doce meses más tarde otra vez el equipo tocó fondo y descendió por tercera vez a la segunda categoría. Pasó muchos años lejos de Primera. Incluso sufrió dos caídas a la B Metropolitana. Pero ahora está de regreso. Lo acaba de consumar gracias a las manos de De Olivera y el esfuerzo conjunto de las huestes del Chocho Llop.

Por eso Saavedra y Vicente López se unieron en la celebración. Allí, el pueblo calamar vive horas de gloria. Un hincha famoso como el Polaco Roberto Goyeneche debe estar cantando su felicidad; también el periodista Luis Pedro Toni. Nosotros, en Brunch! Comunicación,vemos sonriendo detrás de sus gruesos lentes al Gordo Juan José Palazzo, un amigo que se fue demasiado pronto y que hoy, allá en el cielo, también está contento porque Platense volvió a ser de Primera.