Inicio Deportes Cinco minutos de terror arruinaron el debut mundialista de la Selección

Cinco minutos de terror arruinaron el debut mundialista de la Selección

Cinco minutos representan una porción mínima de un partido. Sin embargo, cinco minutos de terror se transformaron en un mal eterno. Y la Selección argentina pagó un precio muy alto por trescientos segundos de desatenciones que hicieron del debut en Qatar 2022 una pesadilla inesperada. Porque el sueño de gloria en la Copa del Mundo no contemplaba la derrota por 2-1 a manos de Arabia Saudita. Pero, por más que un pueblo futbolero ilusionado se restregue los ojos, lo que acababa de ver es cierto: el equipo de Lionel Scaloni perdió.

Parecía tener todo controlado el elenco albiceleste. Con muy poco le bastaba para empezar a construir un sendero victorioso en el Mundial. Sí, era muy poco. El acierto de penal de Lionel Messi en el amanecer del partido quitaba con rapidez los habituales nervios de la primera vez. La falta sobre Leandro Paredes a la salida de un córner apreciada por el VAR que el capitán transformó en gol presagiaba un despertar sin sobresaltos. Claro, nadie imaginaba que en cinco minutos todo podía cambiar.

MESSI ABRIÓ LA CUENTA DE PENAL.

Ese lapso se dio en el arranque del segundo tiempo. A los tres minutos del complemento empató Saleh Al-Shehri con un remate que superó la estirada de Emiliano Martínez. Y cuando Argentina todavía no se había recuperado de ese impacto, trescientos segundos más tarde llegó el segundo tanto, una obra de arte de Salem Al Dawsari. Fueron dos golpes arteros a la ilusión de un equipo que sentía tener todo controlado.

Antes de ese pasaje funesto para las huestes de Scaloni, la Selección había hecho apenas lo justo y necesario para ganar. Tuvo la iniciativa en los tres cuartos de hora iniciales y llegó muy temprano a la ventaja que debía conferirle tranquilidad. Además, dispuso de tres oportunidades más para festejar, pero el VAR le ahogó el grito por dos posiciones adelantadas de Lautaro Martínez y una de Messi. Offsides finitos, de esos que solo percibe ese instrumento tecnológico.

Argentina no tenía demasiado juego asociado. Sus recursos se antojaban repetitivos. Apelaba a un pase en cortada para penetrar a la última línea de Arabia, empecinada en plantarse en línea y entregarse a la ruleta rusa de adelantarse en el momento justo para dejar inhabilitados a los atacantes albicelestes y, al mismo tiempo, no marcar a los posibles lanzadores. Se vislumbraba una receta un tanto arriesgada del DT francés Herve Renard.

DIBU MARTÍNEZ NO PUEDE IMPEDIR EL GOLAZO DE AL DAWSARY.

Es cierto que hasta con ese limitado repertorio, los de Scaloni controlaban el partido. Los rivales no se acercaban al arco de Dibu. Pero más allá de esa aparente comodidad, el Seleccionado carecía de intensidad. Y también de convicción para ser dueño de su propio destino. Porque el equipo nunca se asemejó al que ganó la Copa América. Fue tibio, lento, desprovisto de ingenio. Y, quedó demostrado, en malas condiciones físicas.

ESTRUCTURA DESVENCIJADA

Los reemplazos de dos pilares como Cuti Romero -no pudo cerrar en el primer gol árabe- y de Paredes dejaba al descubierto que esas columnas presentaban fisuras estructurales percibidas recién con el resultado adverso. Es poco frecuente que el técnico introduzca cambios en masa. Hoy lo hizo. También salió el Papu Gómez. Los ingresos de Lisandro Martínez, Enzo Fernández, Julián Álvarez -en una posición no habitual para él- dejaron en evidencia que el funcionamiento no era el adecuado.

FUE LA PEOR VERSIÓN DEL EQUIPO DE SCALONI.

Y por más que Scaloni siguió cambiando, el equipo siempre fue el mismo. Es verdad que en el segundo tiempo buscó la igualdad por todos los medios. También que pudo haberla conseguido a través de llegadas no concretadas por Lautaro Martínez, Nico Tagliafico, Ángel Di María, Messi y Julián Álvarez. Las situaciones aparecieron. Brilló por su ausencia la efectividad que el equipo había mostrado en tantos otros partidos. Tanto como la capacidad para definir faltó la determinación para arrollar al rival. El Seleccionado lucia anestesiado. Iba al frente, pero sin la fiereza de quien debía luchar contra un destino adverso. Sí, había que restregarse los ojos para ver a una Argentina que no era Argentina. Aunque cause extrañeza, se trataba del conjunto albiceleste. Pero en su peor versión de la era Scaloni. El invicto se quebró en 37 presentaciones. Ese dato solo alimenta el engañoso mundo de las estadísticas. Lo que no puede ocultarse es que, en cinco minutos de terror, el esperado debut terminó siendo una pesadilla.

LA SÍNTESIS

Argentina 1 – Arabia Saudita 2

Argentina: Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico; Rodrigo De Paul, Leandro Paredes y Alejandro Gómez; Ángel Di María, Lautaro Martínez y Lionel Messi. DT: Lionel Scaloni.

Arabia: Mohammed Al-Owais; Saud Abdulhamid, Hassan Altambakti, Ali Al Bulaihi e Yasir Al Shahrani; Mohamed Kanno, Abdulellah Al Malki y Salman Al Faraj; Salem Al Dawsari, Firas Al Buraikan y Saleh Al Shehri. DT: Hervé Renard.

Incidencias

Primer tiempo: 10m gol de Messi (ARG), de penal; 49m Nawaf Al Abid por Salman Al Faraj (AS). Segundo tiempo: 3m gol de Al Shehri (AS); 8m gol de Al Dawsari (AS); 13m Lisandro Martínez por Romero (ARG), 13m Enzo Fernández por Paredes (ARG); 13m Julián Álvarez por A. Gómez (ARG); 26m Marcos Acuña por Tagliafico (ARG); 33m Sultan Al Ghannam por Al Shehri (AS); 43m Haitham Asiri por Al Buraikan (AS); 43m Abdulelah Al Amri por Al Abed (AS); 98m Mohammed Al Breik por Alshahrani (AS).

Amonestados: Al Maiki, Al Bulaihi, Al Dawsari y Abdulhamid (AS).

Estadio: Lusail (Doha). Árbitro: Slavko Vincic, de Eslovenia.