La Fundación Rewilding Argentina reintrodujo la especie en el Parque Iberá, en Corrientes, donde se extinguió durante el siglo XX por la caza y la destrucción de su hábitat.
Leopardus pardalis. Ese es el nombre científico del ocelote, el tercer felino más grande del continente americano después del yaguareté y el puma, una especie que regresó al Parque Iberá tras estar extinta en esta zona durante buena parte del siglo XX.
Por la belleza de su pelaje, caracterizado por llamativas manchas negras y alargadas, estuvo en la mira de los cazadores furtivos en las décadas del 60, 70 y 80. Y muchos apuntaron a la industria de la moda y la venta ilegal.
Por fortuna, la Fundación Rewilding Argentina logró reintroducir dos ejemplares de este animal en el sector de Portal Uguay: Tomi y Luna, que son la primera pareja de ocelotes desde el comienzo del proyecto en 2021.
Luna fue la primera hembra que llegó al programa, el 19 de noviembre de ese año, gracias a una donación del establecimiento La Peregrina ubicado en la provincia de Buenos Aires. Por su parte, Tomi nació en 2012 y llegó el 10 de marzo de 2022 gracias a una donación del Parque de la Biodiversidad de Córdoba.
Desde su incorporación, ambos felinos vivieron en un gran corral de presuelta donde desarrollaron, entre otras habilidades, la capacidad de cazar presas vivas. Durante este período también se comprobó que son fértiles: tuvieron una cría, que es independiente de los padres, pero aún muy joven para colocarle un collar de seguimiento y liberarla.
“Tenemos mucha satisfacción y alegría por esta noticia porque venimos trabajando en esto hace muchos años. Liberar los primeros ejemplares tiene un gran simbolismo y representa una parte importante del proyecto. También lo tomamos con mucha expectativa porque estos proyectos son bastante novedosos. De hecho, es la primera vez que se intenta reintroducir al ocelote en un lugar donde se encontraba extinto. Los observamos mucho y aprendemos sobre la marcha, pero esperamos que dentro de un par de años ya tengamos una población de ocelotes reproductiva y establecida en Iberá”, señaló a Brunch Comunicación! el director de Conservación de Rewilding Argentina, Sebastián Di Martino.
POBLACIÓN
En los corrales ubicados en el Portal Uguay se encuentran otros cuatro ocelotes que próximamente podrán ser liberados para continuar ampliando esta población. Provienen también del establecimiento La Peregrina y del Centro de Atención de la Fauna Autóctona de Jujuy, y a ellos se podrían incorporar en breve tres hembras procedentes del Refugio Bella Vista, gestionado por Itaipú Binacional (Brasil), y una hembra del Refugio Urutaú (Paraguay).
“Hoy es imposible determinar el número de ocelotes, pero sí podemos decir que es una especie vulnerable porque sigue padeciendo el riesgo de extinción. De hecho, en varios lugares del país ya se ha extinguido. Sin embargo, hoy está presente en las selvas de Misiones, en la zona noroeste comprendida por Salta, Jujuy y Tucumán y sobre todo en la región chaqueña. Pese a ello, sufrimos una fuerte retracción de esta especie”, agregó Di Martino.
El especialista asegura que estos felinos tienen un monitoreo diario para evaluar su crecimiento y adaptación al entorno mediante collares con GPS. “Cuando recibimos la localización, vamos hasta ese lugar y los observamos. Tanto en el caso de los yaguaretés como con los ocelotes utilizamos cámaras trampa, no térmicas, ya que toman el espectro visible”.
– ¿Sigue existiendo la caza en la zona que ponga en peligro su reproducción?
-Puede existir en Iberá como en cualquier lugar un evento aislado de ese tipo, pero ya no es una práctica común como en el pasado. Muy esporádicamente se puede detectar caza furtiva, pero es de subsistencia, sobre todo con carpinchos, pero también puede haber algún cazador adinerado que busca alguna cornamenta de ciervo. Hoy es bastante infrecuente y no ponen en riesgo los proyectos de reintroducción de especies.
DISTRIBUCIÓN
El ocelote está presente en todo el continente americano, desde Estados Unidos hasta Sudamérica. A pesar de la caza y destrucción de su hábitat, aún tiene presencia en México, el norte argentino y Paraguay. Sin embargo, en no todos los países se le conoce con el mismo nombre: en Costa Rica y Panamá lo llaman manigordo, en Colombia y Perú como tigrillo, en Bolivia es conocido como cunaguaro y en Brasil tiene la denominación de gato onza.
De todas formas, la especie tiene características para cualquier territorio: su rol como depredador genera un equilibrio en el ecosistema y su amplia distribución se debe a su capacidad de habitar diferentes tipos de ambiente: desde montes y selvas hasta humedales o zonas desérticas.
En Corrientes aún sobrevive en el extremo noreste, especialmente en el límite con Misiones y la cuenca del Aguapey.
PARQUE IBERÁ
De las 1.300.000 hectáreas que componen la cuenca y Reserva Natural Iberá, casi 600 mil pertenecen al Parque Provincial Iberá y 158 mil al Parque Nacional Iberá, creado por ley en 2018 sobre tierras donadas por Tompkins Conservation y Rewilding Argentina.
En esta extensa región vive la mayor población mundial del ave yetapá de collar y la segunda mayor del ciervo de los pantanos, además de ser un refugio fundamental para especies amenazadas como el aguará guazú, el venado de las pampas, pájaros de pastizal, el yacaré y el lobito de río.
El proyecto de reintroducción del ocelote que se lleva adelante en esta zona es el primero en su tipo en el mundo. Y se trata de la séptima especie reincorporada al parque junto a otras como el yaguareté, el oso hormiguero gigante y el guacamayo rojo. Existen, además, otros planes de reintroducción con el depredador tope de los ecosistemas acuáticos: la nutria gigante, aunque aún no se han liberado individuos a la naturaleza.