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Qatar 2022 no representa al fútbol argentino

El mundo se rindió a los pies de la Selección argentina, campeona en Qatar 2022. El fútbol del país de Lionel Messi paseó su grandeza por Emiratos Árabes Unidos, donde Racing doblegó a Boca por la Supercopa Internacional… ¡Qué orgullo para una tierra en la que este deporte es pasión de multitudes!.. ¿Qué orgullo? ¿No será momento de parar la pelota y pensar de una vez por todas en un fútbol argentino mejor del que los hinchas padecen habitualmente?

Es verdad que el equipo dirigido por Lionel Scaloni consumó una hazaña inolvidable en la Copa del Mundo. Nadie puede negar que el título quedó en manos del conjunto que más méritos hizo para ser campeón. La cuestión es que el Seleccionado nacional representa muy poco a fútbol argentino. En realidad, la Selección es un reflejo de un fútbol que no tiene vínculo alguno con el que cada semana se sufre en las canchas de nuestro país.

Para ratificar este diagnóstico basta con detenerse en el triunfo de Racing sobre Boca en la final disputada en el estadio Hazza Bin Zayed. No se trata de quitarle méritos a la Academia. No, ganó en buena ley más allá de la polémica que intente plantearse por el penal sancionado por Fernando Rapallini. El fallo fue correcto y no vale la pena detenerse en una discusión estéril en un tiempo en el que la controversia en torno de las decisiones arbitrales conduce a una árida discusión en la que al final nadie tiene razón.

RACING GANÓ UN TÍTULO QUE SIRVE PARA VENDER EL PRODUCTO FÚTBOL

El tema es más profundo y preocupante. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) les vendió a los magnates árabes un partido sin sentido. Se inventó un título de ocasión. Oportuno por cierto porque hoy, gracias a la consagración albiceleste en Qatar, el producto es muy atractivo. Aunque se trate de una oferta engañosa. Racing y Boca estuvieron cara a cara pujando por un campeonato tan absurdo que es poco probable que vuelva a concretarse.

SÍ, ACERTÓ CON SCALONI, PERO…

Sería conveniente felicitar a Claudio Chiqui Tapia por su sagacidad para plantear un negocio falaz para un mercado ávido por ver en acción a equipos de nivel internacional como el de los países árabes. Al mismo tiempo habría que decir que el presidente de la AFA se burló de Patronato, el ganador de la Copa Argentina que debió haberse medido con Boca por la Supercopa Argentina. Es lógico imaginar que a los anfitriones de ese partido seguramente no les habría resultado interesante un enfrentamiento entre xeneizes y entrerrianos…

NADIE PUEDE NEGAR EL ACIERTO DE CHIQUI TAPIA CON SCALONI.

Hoy parece antipático señalar a Chiqui Tapia con el dedo acusador. Al fin de cuentas tuvo un acierto magnífico con la elección de Scaloni como técnico de la Selección. Solo a él podría habérsele ocurrido escoger a un DT novato para dejar atrás el fracaso de Jorge Sampaoli en Rusia 2018. Pero lo cortés no quita lo caliente.

Porque así como Tapia es el principal responsable de que la Selección haya encontrado el camino del éxito, también a él debe reprochársele que Argentina sea el único país que no ha podido ordenar sus calendarios luego de la pandemia. El principal torneo de esta tierra tiene 28 participantes, una cifra absurda que no existe en ningún otro país.

Claro que Tapia no hizo más que ser cómplice de un grupo de dirigentes aterrados por la onda expansiva de un potencial descenso que podría ser devastador tanto para ellos como para sus clubes. Argentina tiene el único certamen en el que nadie pierde la categoría. Bueno, eso por fin se modificó y recién el año pasado les pasó a Aldosivi y Patronato. Sí, el campeón de la Copa Argentina ya no está en Primera.

¿Y ESTO CÓMO SE ARREGLA?

Desde que Julio Humberto Grondona creó el ridículo torneo de 30 equipos, el fútbol argentino es un mamarracho. Se arruinó el principal certamen y, por añadidura, sucedió lo mismo con las categorías de Ascenso. Está todo mal y empeoró año a año.

A partir de 2024 comenzará a normalizarse el esquema de las restantes categorías, pero se seguirá postergando a las ligas del interior en otro capítulo de un fútbol tan unitario en 2023 como en los albores del siglo XX.

El nivel de la competición local no es atractivo. Todo lo contrario. Esta cuestión es una consecuencia de un torneo poco competitivo protagonizado por jóvenes que aspiran a una rápida transferencia al exterior mientras los futbolistas más experimentados queman sus últimos cartuchos. La excelencia es un atributo impropio del fútbol argentino.

PATRONATO DESCENDIÓ Y GANÓ LA COPA ARGENTINA.

La pobreza franciscana en la que se debaten los clubes también responde a un esquema de competición poco tentador para potenciales anunciantes. El dinero proveniente de la televisión es casi el único ingreso fuerte de los participantes. Y la ambición de los clubes jamás descansa. Piden más y más dinero, pero no retribuyen con calidad lo que demandan de sus patrocinadores.

Y aunque la Selección es campeona del mundo y Messi tuvo entre sus manos la Copa que tanto merecía, en unos días el hincha común y corriente se olvidará de la proeza de las huestes de Scaloni y volverá a perder el sueño por su equipo. Otra vez sufrirá los mil y un problemas de un fútbol que se parece poco y nada al que reinó en Qatar.