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El salario, cuesta arriba en 2021

Con el proceso inflacionario en fase de aceleración y las paritarias congeladas producto de la crisis económica y el escaso empuje de la rama sindical, los salarios parecen enfrentar en 2021 un camino cuesta arriba. La consultora Ecolatina elaboró un informe esclarecedor, un paper que sirve para tener una idea de lo que se vendrá el año próximo.

+ Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), el empleo cayó más de 20% i.a. en el segundo trimestre del año, principalmente por el desplome en los puestos de trabajo informales y cuentapropistas (-43,5% i.a. y -29,3% i.a., respectivamente). Asimismo, observando la dinámica del ingreso per cápita real de los hogares, se encuentra un retroceso cercano a 20% i.a. en los sectores bajos, de 15% i.a. en los sectores medios y de alrededor de 8% i.a. en la clase alta.

+ La caída de la masa salarial real estará caracterizada tanto por un deterioro del poder adquisitivo como por la contracción del nivel de empleo. Sin embargo, esperamos una recuperación del empleo en el corto plazo que apuntalará la capacidad de compra de las familias.

+ Como era de esperar, los empleos informales y cuentapropistas están siendo los primeros en reaccionar. Por caso, los trabajadores independientes registrados (monotributistas y autónomos) crecieron hacia agosto -último dato disponible- casi 5% desde el piso de mayo y prevemos que recuperen casi todo el terreno perdido para fin de año. Además, parte de los trabajadores suspendidos al comienzo de la pandemia podrán retornar a sus actividades. Esto no es un dato menor, ya que no estaban cobrando la totalidad de su salario y 1 de cada 5 de los ocupados no estaban trabajando (suspendidos) al momento de ser encuestados.

+ La aceleración de la inflación -en octubre fue de 3,8% mensual y no será menor a 3% en lo que resta del año- no parece que será acompañada por una mejora de los salarios. Esto se debe a que los asalariados registrados están teniendo una fuerte heterogeneidad en sus negociaciones paritarias: según el ministerio de trabajo, casi 3,5 millones de trabajadores están sufriendo un proceso paritario anómalo.

+ Se acuerdan sumas fijas -progresivas, pero sobre ajustes similares a inicio de año, deteriorando más el poder de compra de los ingresos medios y altos-, o se cierran acuerdos anuales -que pueden ser muy prolongados para un contexto de elevada y cambiante inflación- o directamente no cerraron, a septiembre, ninguna negociación.

+ Un desenlace probable es que las presiones cambiarias desemboquen en un salto cambiario ordenado que ayude a bajar la brecha y revertir la caída de reservas. Sin embargo, el mismo le pondría un piso de 3% a la inflación mensual del primer semestre. Si bien aquí los salarios podrían adoptar cierto dinamismo, este contexto recesivo tampoco evitará el deterioro del poder adquisitivo, que prevemos será cercano a 2% en promedio durante 2021.

+ En un escenario optimista se evitaría el salto cambiario. El costo sería un ajuste fiscal y una fuerte moderación en la expansión de la base monetaria, lo cual solamente parece ser posible con la concreción de un nuevo programa con el FMI que consolide el giro de política económica iniciado el 1 de octubre. El ajuste implicaría aumentos de tarifas e incluso más recortes para alcanzar un déficit fiscal menor de lo presupuestado. En este caso, la aceleración de la inflación sería moderada pero insuficiente para reactivar las paritarias, que deberán esperar al segundo trimestre del 2021 para poder recomponer parte del terreno perdido.

+ Por último, pero no por ello menos relevante, no sabemos a ciencia cierta cómo afectará la pandemia a la economía el año que viene. En caso de que la vacuna demore su llegada y/o se tenga que volver a alguna medida de confinamiento como está sucediendo en Europa que enfrenta una segunda ola, volveremos a los problemas de oferta/circulación.

+ En síntesis, producto de la aceleración de la inflación y la progresiva recuperación del empleo, las familias no tendrán una masa de ingresos suficiente para satisfacer los nuevos rubros disponibles para gastar (turismo, recreación) en la flamante fase de distanciamiento social. + Asimismo, los distintos rumbos macroeconómicos, determinados por la dinámica cambiaria (y sanitaria), no permiten vislumbrar una suba significativa del ingreso disponible de los hogares para consumo por lo menos durante la primera parte de 2021.