Primer efecto: enormes deseos de subirse a un auto y salir, sin tiempo, a perderse por los caminos de la provincia de Buenos Aires. A visitar parajes olvidados, a comer comida criolla o alguna exquisitez de culturas distantes, largamente asimiladas. Y también a ver campo, inmensidad, a sostener esa singular relación con la soledad. Algo así como encontrarse con uno mismo mientras se trajina el sendero.
Eso es lo que ha logrado Leandro Vesco en su último libro, ‘Desconocida Buenos Aires, escapadas soñadas’ (Editorial El Ateneo). Un total de 407 páginas que se transforman en un compendio del espíritu bonaerense, de esa heterogeneidad propia de un territorio surcado por la diversidad de usos y costumbres.
Hay un eje, un hilo conductor que recorre la obra: el afán de mostrar que existe otra manera de vivir, una forma distinta de relacionarse con el medio y con los otros, lejos de la abrumadora urbanidad. Vesco echó pie en tierra en lugares adonde la gente todavía se junta a tomar mate en una cocina, adonde se apura un trago junto al mostrador. Parajes en los cuales el pasado está muy presente, el legado es un valor irrenunciable, y hay tiempo para compartir historias bajo la sombra de un árbol.
Todo, siempre, parte de una idea. La de Vesco fue echar luz sobre una provincia a la que el marketing turístico, la masividad del aparato de consumo, terminó por limitar o condenar, que en este caso es lo mismo, sólo a una franja de playas en verano, y a un puñado de sierras para los fines de semana largos. Pero Buenos Aires es, claro está, mucho más que eso.
El autor no es un neófito en la materia. ‘Escapadas soñadas’ viene a ser el hermano menor de una saga montada sobre territorio bonarense. Le precedieron ‘Desconocida Buenos Aires, secreto de una provincia’, y ‘Desconocida Buenos Aires, historias de frontera’. Cada libro tiene una mirada particular del ser bonaerense y todos rescatan, siempre, la opción de vida de aquellos que eligieron repoblar el campo o, directamente, no abandonarlo nunca.
A diferencia de los primeros dos, en ‘Escapadas soñadas’ el foco no está puesto tanto en las historias misteriosas, en las anécdotas de personajes singulares. Aquí el recorrido, cual folleto turístico, nos lleva a recorrer pulperías, bares, restaurantes, lugares adonde detenerse a comer algún plato tradicional. Son, en general, boliches que han pasado de generación en generación, sitios que cobijan la indescriptible sensación de lo ancestral.
La lectura gana dinámica, también, a partir de un diseño que complementa el texto –mayormente son capítulos cortos-, con recuadros grisados, mapas de la zona e información a pie de página en la cual se detalla la manera de llegar, lugares donde alojarse y sitios web recomendados.
La serie de ‘Desconocida Buenos Aires’ juega desde el título con el consagrado ‘Misteriosa Buenos Aires’ de Manuel Mujica Lainez, pero a diferencia de ésta, una obra de ficción estrictamente porteña, el libro de Vesco explota la veta periodística, utilizando las técnicas de la descripción, la narración y la entrevista. Se adentra en la provincia, se llena de tierra, de anécdotas y se detiene a descansar, acodado en algún mostrador perdido en la inmensidad de la pampa, porque siempre hay alguna pulpería cerca, algún palenque donde rascarse.
