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¿Todo el invierno con restricciones?

Mientras los gobiernos de la Nación y la Ciudad de Buenos Aires libran una cruenta batalla política con las clases presenciales como vil excusa, los habitantes del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) están nuevamente en una suerte de cuarentena. Está claro que no se trata del encierro casi total en el que el país se mantuvo a lo largo de gran parte de 2020, al menos no hasta las 20, cuando se inicia una versión light de toque de queda. El último decreto presidencial impone una serie de preguntas cuyas respuestas dejan en claro que pocos creen que esta decisión de Alberto Fernández vaya  a extenderse sólo por los 15 días anunciados por el Jefe del Estado. Es más: un gran porcentaje de la sociedad cree que se prolongará por todo el invierno.

Esto fue revelado por una encuesta de la consulta Giaccobe & Asociados, que midió el humor social de 2.500 personas a través de un cuestionario telefónico que permitió establecer un claro panorama de qué siente una porción de los argentinos sobre las medidas del Presidente.

Cuando Fernández anunció la nueva serie de acciones para intentar frenar la acelerada propagación del coronavirus quedó establecido que durante dos semanas, del 16 al 30 de abril, se limitaría la circulación en el AMBA entre las 20 y las 6, el cierre de los locales gastronómicos a partir de las 19 de cada día y la suspensión por dos semanas de las clases presenciales.

La Ciudad de Buenos Aires enarboló la defensa de la educación presencial y se declaró en rebeldía, logrando en primera instancia un aval judicial para abrir las escuelas y luego resistió pese a las escaramuzas que magistrados cercanos al kirchnerismo lanzaron para cerrarlas. Hoy todo está en manos de la Corte Suprema de Justicia. 

LAS MEDIDAS BAJO LA LUPA

Pero más allá de los avatares de la guerra en la que están inmersas las autoridades porteñas con las de la Nación y la provincia de Buenos Aires, en el medio está la gente. Y según el trabajo de Giaccobe & Asociados pocos creen las restricciones vayan a extenderse sólo por los 15 días anunciados por el Presidente.

El 34,4% de los consultados avizora durarán todo el invierno. Es decir que después del presunto final dispuesto para el 30 de abril, las medidas serán mucho más drásticas de lo que parecía.

Otros más pesimistas -el 22,9%- suponen que durante todo 2021 se impondrá el aislamiento. Lo llamativo es que apenas el 7,7% está convencido de que a fin de mes todo volverá a la normalidad o a algo parecido a la vida que llevábamos antes de la temible aparición del coronavirus.

El punto que más polémica desató fue precisamente la interrupción de las clases presenciales. Una abrumadora mayoría de los consultados -el 63,4%- se mostró en contra de esa determinación, mientras que apenas el 33 apoyó esa determinación.

El virtual toque de queda decretado por Alberto, en cambio, generó opiniones más divididas. La prohibición de circulación entre las 20 y las 6 fue rechazada algo más de la mitad de los entrevistados. En tanto, el 41,8% avala esta iniciativa como herramienta para frenar la expansión de casos.

EL FUTURO

La encuestadora también planteó escenarios a futuro. Uno de los interrogantes apuntó a las posibles reacciones de la sociedad ante endurecimientos de las medidas. En particular, se fijó un panorama de Fase 1, el mismo que Alberto Fernández puso en práctica a partir del 20 de marzo de 2020 y que duró casi ocho meses con daños irreparables para la economía y la educación.

Ante la pregunta ¿qué haría usted si el Gobierno vuelve la cuarentena a Fase 1?, la respuesta revela el rechazo que el extenso y duro aislamiento del año pasado. El 45,8% afirmó que no respetaría la decisión del Poder Ejecutivo Nacional. Sin embargo, ese valor no aparece demasiado alejado de quienes aceptarían tal determinación. El 37,2% se sometería a las estrategias que propongan las autoridades.