El fútbol argentino todavía tiene la pelota arrumbada en un rincón. Las canchas están vacías. El coronavirus puso el balón debajo de la suela y no dejó que nadie lo toque. No se juega. Si no hay partidos, no debiera haber tabla de posiciones. Pero sí. Tenemos tabla. Y se trata de una que no muestra cómo se ubican los equipos en un torneo, sino que expone los desmanejos económicos de los clubes. Sería la tabla del terror. O de los horrores de los dirigentes. Y en ese particular torneo en el que no existen dos bandos en busca de la victoria, sino que cada uno pierde por su propio impericia, también podemos identificar a un campeón. El campeón del mal ejemplo sería. Y nuestro campeón del receso pandémico es… San Lorenzo de Almagro.
Según la Central de Deudores del Banco Central de la República Argentina, la institución de Boedo lidera holgadamente esta clasificación que podríamos definir como el Torneo de los que hacen todo mal. Tomando en cuenta los datos hasta julio -los últimos disponibles-, el Ciclón tiene cheques rebotados por un valor de 359.252.101 pesos. Sí, ¡360 millones de pesos en cheques voladores! Increíble pero real. Pero eso no es todo. San Lorenzo le debe al sistema financiero $ 412.760.000, monto al que habría que sumarse el importe de los cheques rechazados. Entonces, afinando el lápiz, los azulgranas acumulan un pasivo de 771.528.101 pesos. Esa inmensa cifra no contempla las acreencias de otro tipo, es decir las que mantienen con jugadores por contratos, premios o primas, con el personal del club, impuestos, servicios y demás rubros que cualquier persona podría imaginar como obligaciones a pagar de una institución.
Tamaños desarreglos imponen no pasar por alto que el presidente de San Lorenzo es nada más y nada menos que Marcelo Tinelli, quien no es un hombre común y corriente en el mundo del fútbol. El creador de ShowMatch es el titular de la flamante Liga Profesional de Fútbol, la estructura de competición que nació cuando la Superliga cayó en desgracia.

Este campeonato de la impericia administrativa podría dividirse en dos zonas. Por un lado, los que acumulan inmensas deudas y, por el otro, los que son especialistas en firmar cheques sin fondos. San Lorenzo tiene el curioso privilegio -por llamarlo de algún modo- de ser el líder de ambas clasificaciones. Los escoltas de los azulgranas en la lista de deudores son River -sí, el club que acaba de anunciar con bombos y platillos un ambicioso plan de renovación de su estadio-, con 597.834.988 pesos y Estudiantes, con 346.282.823 (en gran parte proveniente de créditos tomados para su nueva cancha). Mientras que en el rubro cheques voladores, detrás del Ciclón marchan Rosario Central, con un monto de $ 91.138.550, e Independiente, con $ 64.946.734 (aunque les debe fortunas a sus jugadores).
Claro que la Primera División del fútbol argentino no puede ser sólo una lamentable demostración de cuán irresponsables son las comisiones directivas. También es posible destacar a los que son prolijos con los números. El ejemplo a seguir sería Patronato. La entidad de Paraná no aparece en el listado del Banco Central con deudas y tampoco ha sido reportado como librador de cheques sin fondos. Atlético Tucumán y Defensa y Justicia también son prolijos en ambos rubros. En menor medida también resulta ponderable la administración de Gimnasia (no tiene acreencias en el sistema financiero pero sí cheques rechazados por casi cinco millones), Boca (debe algo más de dos millones pero no emplea una chequera veloz ni descuidada), Colón, Unión, Godoy Cruz, Aldosivi y Central Córdoba, que en mayor o menor medida se han esmerado para no discutirle el campeonato del horror a San Lorenzo, un club que le hizo un gol en contra al tan mentado fair play financiero.