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Todos, el Torrontés del papa Francisco

El 16 de octubre de 2016 el papa Francisco proclamó santo al sacerdote José Gabriel Brochero, instalado en la cultura popular argentina como el cura gaucho. Fue un momento histórico. No menos trascendente resultó que durante la ceremonia, el Sumo Pontífice utilizara un vino muy especial.  La sangre de Cristo fue representada por Todos, un Torrontés único surgido de la unión de vitivinicultores de nuestro país que a partir de uvas provenientes de pequeños viñedos de la extensa geografía nacional llegó a manos del Obispo de Roma.

En el marco de la Semana del Torrontés, que se extenderá del 12 al 19 de octubre, se hace propicio recordar cómo este producto argentino llegó al Vaticano.

Jorge Bergoglio llegó en 2013 «desde el fin del mundo» para conducir la Iglesia. Tres años más tarde, la vitivinicultura argentina emprendió un proyecto trascendente: elaborar un vino de misa para que el Papa Francisco celebrara sus misas. «La iniciativa surgió apenas se conoció el anuncio de que el nuevo Papa es argentino» comenta la entonces presidenta de la Corporación Vitivinícola Argentina, Hilda Vaiaretti, y agrega que «se generó un gran trabajo de coordinación entre los Centros de Desarrollo Vitícola, la Corporación, el INTA y el Fondo Vitivinícola para que resultara este vino de misa que será enviado al Vaticano».

EL PAPA Y LA BOTELLA DE TODOS, UN VINO QUE LO ACOMPAÑA DESDE 2016.

«El vino se elaboró con la variedad Torrontés Riojano y las uvas llegaron a la Bodega Piloto del INTA provenientes de fincas de pequeños viticultores de Salta, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza y Río Negro. Estos viñateros participan de los Centros de Desarrollo Vitícola, un programa de integración y transferencia tecnológica dentro del Plan Estratégico del sector, coordinados por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y la Corporación Vitivinícola», explicó en aquel momento el ingeniero agrónomo Carlos Parera, hoy director nacional del INTA.

El INTA convocó a pequeños productores de todas las provincias vitivinícolas, quienes cedieron uvas para esta singular elaboración. Fue un trabajo de mucha coordinación para que las uvas llegaran en excelentes condiciones a la bodega. Una vez que éstas llegaron a Mendoza, fueron vinificadas en la Planta Piloto de vinos de la Estación Experimental Agropecuaria Mendoza, en Luján de Cuyo. Resultó una partida de 450 litros y se elaboró según el método del Padre Oreglia para poder ser certificado por el Arzobispado de Mendoza como «vino de misa».

«El resultado de este proceso, realizado con mucho cuidado y dedicación de manera prácticamente artesanal, es un vino Torrontés dulce natural con 13,7% de alcohol y que cuenta con la certificación que lo avala como vino apto para la misa», precisó el ingeniero agrónomo Santiago Sari, enólogo a cargo de la elaboración.

UN NOMBRE QUE ES SINONIMO DE UNION

Con el vino listo para su fraccionamiento, el Fondo Vitivinícola Mendoza realizó una convocatoria entre renombrados estudios de diseño para crear la imagen visual de este vino especial. Finalmente el estudio Boldrini & Ficcardi fue el encargado de crear el nombre y la etiqueta. «Elegimos el nombre Todos, que responde a la intención de que el vino, como el Papa, transmita un motivo de unión, de encuentro. La imagen y el nombre seleccionados transmiten claramente la idea ecuménica de que el vino nos une y genera un gran sentimiento de pertenencia bajo la palabra Todos. Es una imagen sencilla y potente, clara y cercana. La botella  refleja transparencia y pureza», explican los diseñadores Víctor Boldrini y Gato Ficcardi.

Además de la fuerte palabra que escogió para nombrarlo y del origen de los productos escogidos para su elaboración, Todos posee una profunda identificación con la Argentina. Tanto es así que en su contraetiqueta puede leerse la procedencia de las uvas y se hace referencia a los pequeños vitivinicultores que intervinieron en el proceso, a quienes se denomina como «hombres y mujeres que depositan su trabajo y su esperanza en la certeza de que el vino nos une».

En la carta enviada al Vaticano, los referentes de la vitivinicultura argentina expresaron que «sería un gran honor que Su Santidad Francisco aceptara este obsequio, el fruto del trabajo de miles de hombres y mujeres que depositan sus esperanzas en las viñas y encomiendan sus cosechas a la Virgen de la Carrodilla, patrona de los viñedos». Al respecto, el presidente del Fondo Vitivinícola, Bernardo Lanzilotta, resaltó en aquel momento que «será la primera vez en la historia de la Iglesia Católica que el Papa celebre sus misas con un vino argentino. El Vaticano generalmente adquiere sus vinos en Italia y otros países europeos. Es un gran honor poder obsequiarle al Papa Francisco un vino argentino para sus misas. Será un hito para nuestra vitivinicultura».

Lo cierto es que desde entonces, Todos acompaña cada ceremonia presidida por el Santo Padre. El Papa argentino tiene, como no podía ser de otra manera, un vino bien argentino.

LA VOZ DE LOS VIÑATEROS

Neri Mamani, viticultor de Catamarca: «Estoy muy orgulloso de que nuestras uvas Torrontés hayan llegado hasta nuestro Papa».

Antonio y Nidia Cabezas, productores de Salta: «Para nosotros es algo que supera a cualquier otra alegría. Es muy fuerte y es una emoción muy profunda pensar que el Papa pueda tomar este vino».

Orfilia de Céspedes, productora de Catamarca: «Yo me sentí bañada de alegría. Estoy muy contenta, muy feliz y me siento muy bendecida por el Señor».

 Juana Bautista Reus, viñatero de Río Negro: «Si el trabajo de la viña se hace con gusto, con ganas, nos genera una gran satisfacción y sabemos que nuestro trabajo sirve para algo más trascendente».

 Amparo Momfort, viticultora de San Juan: «Cuando nos convocaron, sentimos una enorme emoción porque aparte de ser católica lo admiro mucho al papa Francisco».

 Elvira Antonia Mestre, productora de Río Negro: «Me parece mentira que de este parral de Torrontés, de nuestra chacra, hayan salido las uvas para el vino del Papa».

 Nahuel Sacca, viñatero de La Rioja: «Cuando me dijeron que las uvas Torrontés que nosotros producimos formarían parte de un vino elaborado para el Papa sentí que todo el esfuerzo vale la pena».