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«La educación universitaria que se hizo en estos meses fue más de emergencia que a distancia»

Con la llegada de la pandemia, las universidades argentinas se vieron obligadas, en un tiempo muy breve, a repensar y rediseñar sus dinámicas de enseñanza. De un modelo predominantemente presencial, las clases, contenidos y exámenes debieron pasar a escenarios virtuales, lo que supuso toda una serie de obstáculos y desafíos tanto para docentes como para los estudiantes.

Lourdes Morán, investigadora del CONICET y especialista en Tecnologías Educativas, examina cómo las universidades respondieron ante el desafío de la pandemia. Analiza los modelos de enseñanza virtual o mixta, resalta la importancia del vínculo que se genere con los estudiantes y subraya la cuestión del derecho a la educación superior, tanto para estudiantes como para la sociedad.

En diálogo con la Agencia de divulgación científica de la Universidad Nacional de La Matanza (ACTyS-UNLaM), Morán consideró que el trabajo educativo a nivel superior de estos meses tuvo características únicas, propias de un contexto particular. “El modelo de enseñanza que se hizo no fue exactamente una educación a distancia, sino una educación de emergencia y de transición. Fue una educación sin presencialidad y adaptando cada aspecto a lo virtual, lo cual no es nada fácil”, diagnosticó.

La especialista, doctora por la Universidad de Buenos Aires y con experiencias de educación virtual tanto a nivel universitario como preuniversitario, detalló en este sentido que “el enorme desafío se dio porque la gran mayoría de los docentes tenían preparadas sus materias desde lo presencial. La educación a distancia, en cambio, implica pensar los materiales, las actividades y los recursos desde un primer momento con una perspectiva virtual. No se trata simplemente de subir los contenidos a un campus virtual o dar la clase por zoom y nada más. Es necesario pensar y trabajar en esa transformación”.

LA IMPORTANCIA DE MANTENER EL VÍNCULO

Morán dejó en claro que cualquier proceso de enseñanza y aprendizaje debe tener en cuenta que se genera una relación vincular entre dos personas, a partir del objetivo concreto de transmitir contenidos y saberes: “Lo vincular es clave porque, si no hay algún tipo de relación, es difícil poder llegar a un aprendizaje efectivo con otras personas. Por eso, siempre se focaliza que la educación implica una forma de relación”.

LA INVESTIGADORA LOURDES MORÁN HIZO UNA RADIOGRAFÍA DE LA EDUCACIÓN EN PANDEMIA.

En contexto de pandemia, sin embargo, apuntó que primero se hizo más hincapié en las dificultades acerca de cómo enseñar en la distancia, cómo manejar las herramientas y los recursos digitales. Y, recién en una segunda instancia, empezaron a visibilizarse todas las problemáticas en torno a cómo conectarse con los estudiantes.

“Los pedagogos solemos mirar más las relaciones. Si bien hay distintas metodologías, consideramos que el primer foco tiene que estar en la relación, en cómo llegar a la otra persona, cómo generar confianza y establecer un vínculo, incluso en la virtualidad”, desarrolló la investigadora, quien consideró que “este aspecto falló en una primera articulación en las semanas iniciales de aislamiento, debido, por supuesto, a que todos debimos salir al ruedo de una manera totalmente intempestiva”.

En cuanto a las estrategias y metodologías que se establecieron, puntualizó que se buscó los formatos pedagógicos más adecuados para que los estudiantes no desistieran ni abandonaran. “No hay que olvidar que, así como los docentes estaban acostumbrados a la presencialidad, los estudiantes también lo estaban. Entonces esos alumnos, tal vez, no se sentían tan cómodos ni atraídos al estar escuchando una clase teórica durante dos horas, en una computadora, de un tema del que no habían escuchado en su vida”, expresó.

¿Qué quedará, de todas estas experiencias y saberes, en los escenarios de pospandemia y nueva normalidad? Morán consideró que, dado el contexto, será necesario pensar en modalidades mixtas para poder sortear las presencialidades intermitentes. “Vemos en Europa que hay clases presenciales y, luego, se vuelve al aislamiento. Creo que vamos a tener que diseñar programas de asignaturas que contemplen contenidos tanto presenciales como virtuales, al menos hasta que nos aseguremos de una presencialidad completa. E, incluso ahí, la virtualidad seguramente tenga su peso, por las experiencias de estos meses”, observó.