Luego de que dirigentes sindicales como el bancario Sergio Palazzo y el docente Hugo Yasky mencionaran la posibilidad de reducir la jornada laboral en la Argentina de 8 a 6 horas manteniendo el mismo salario, varias fueron las voces que se levantaron en contrario. Voces del gobierno, de los empresarios y de los mismos sindicatos.
Vayamos por partes. El proyecto que tiene en mente el secretario general de la Asociación Bancaria y precandidato a diputado nacional por el kirchnerismo, sostiene que gracias al avance tecnológico que se profundizó con la pandemia, «se debe discutir la reducción de la carga horaria manteniendo los salarios. El crecimiento de la productividad de los trabajadores por la utilización de las nuevas tecnologías hace que hayan incrementado las tasas de rentabilidad de los sectores empresarios», aseguró.
Además, para el bancario, esa reducción horaria conllevaría a la creación de nuevos empleos, afirmación dicha en respuesta al titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja que, si bien aceptaría bajar la carga de horas, esta debería ser con descuento salarial incluido.
Pero la iniciativa de Palazzo encontró resistencia dentro del propio sindicalismo. Y es así que, para el secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales de Vicente López, Victorio Pirillo, la propuesta del bancario es «opioide». «Reducir la jornada laboral manteniendo los salarios es una propuesta peligrosa en una sociedad compuesta mayoritariamente por empresarios paraestatales y tránsfugas inescrupulosos que jamás contemplan las necesidades reales del trabajador», arrancó el municipal, con los tapones de punta.
Fue allí donde Pirillo empezó a enumerar los peligros que la propuesta conlleva: «La idea de reducir la jornada laboral abre la puerta para la eliminación de las horas extras, eliminación del refrigerio/almuerzo, también es una trampa pergeñada para congelar en el tiempo los ingresos del mismo».
«En un contexto hiper inflacionario característico de la Argentina, si alguien que trabaja le reducen las horas pero le dejan el mismo sueldo, a la hora de pedir aumento el trabajador se va a encontrar con la negativa justificada del empleador de otorgárselo, dado que el razonamiento que aplicará será que ahora con menos horas de trabajo y el mismo sueldo ese “aumento salarial” ya fue otorgado siendo imputado a la paritaria como un nuevo aumento, congelándose de esta forma su ingreso y no pudiendo hacer frente a los constantes incrementos de la canasta familiar. Es una clara maniobra para reducir el salario, y una trampa repulsiva como a la vez condenatoria del capitalismo salvaje”, sentenció Pirillo.
El municipal de Vicente López cree que la propuesta de Palazzo obedece “a intereses electorales o a contubernios con empresarios. El problema son el desempleo y la inflación, no las horas de trabajo. Por ejemplo, si a los tres turnos se le reducen 2 horas, se genera un turno más de 6 horas. Y yo me pregunto: ¿qué Pyme va a pagar ese turno nuevo (salarios, cargas, etc.) en este contexto?”.
Por último, hacía falta la última pata en esta historia, que es la oficial. Y fue el mismísimo ministro de Producción, Matías Kulfas, quien dio por tierra con la idea del bancario. Al menos, por ahora. «Bajar la jornada laboral de 8 a 6 horas equivale a aumentar el salario horario un 33%. La pregunta es ¿las empresas pueden absorber ese costo? Algunas sí, muchas pymes seguramente no», aseguró el ministro. Y cerró con una frase categórica: «La Argentina no tiene salarios altos como para pensar en trabajar un poco menos y ganar un poco menos».