Inicio Política/Economía ¿Aportará dólares el comercio exterior en 2021?

¿Aportará dólares el comercio exterior en 2021?

La economía argentina, por factores coyunturales como el impacto de la pandemia y su eterna cuarentena, y por motivos estructurales de vieja data, se arrastra pero no crece.

Los expertos proyectan que, pese a todo, la actividad comenzará a recomponerse paulatinamente el año próximo y esto, de manera inevitable, gatillará la mayor demanda de insumos importados. Es decir que el actual superávit comercial, que ya muestra señales de resquebrajamiento, podría directamente desvanecerse.

El último informe elaborado por Marcelo Elizondo, titular de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI) deja en claro cuál es el panorama actual y proyecta un 2021 que asoma arduo.

Los siguientes son los principales puntos del paper:

  • La Argentina se ha beneficiado con un holgado superávit comercial en el corriente año. Algo crítico porque en nuestro país se suele caer en la situación en la que “faltan dólares” (en realidad no faltan -porque Argentina es el país con más cantidad de dólares billete por habitante en el mundo- sino que los dólares están fuera del sistema institucional como consecuencia de las afecciones a la propiedad privada, a los contratos y a las garantías constitucionales de que se ha sido víctima durante muchos años).
  • En lo transcurrido del año 2020 (9 meses) el superávit comercial acumulado en la balanza de bienes es de 11.562 millones de dólares.
  • Puede preverse un superávit comercial anual de unos de 14.000 millones por ende para todo 2020.
  • Dada la presión cambaría que padece Argentina y la escasez de acceso a dólares en el sistema por otras vías (los mercados financieros están cerrados para Argentina, la recepción de inversión extranjera ha sido esquiva por muchos años y este año la situación internacional y el propio contexto local agravan el problema, y los organismos multilaterales de crédito son acreedores y están planificando -especialmente el FMImecanismos de cobro más que de desembolsos) entonces el superávit
    comercial resulta crítico.
  • Ahora bien: este superávit de tres trimestres de 2020 está basado especialmente en la gran caída de importaciones, que descienden 21% en relación con el mismo periodo del año anterior (un promedio que duplica la caída del comercio internacional total en el planeta, lo que refleja que el superávit está basado mayormente en la recesión argentina y en la llamada “cuarentena” local, aunque las restricciones a las importaciones impuestas por el gobierno también influyen en la situación).
  • Mientras, las exportaciones argentinas están cayendo ahora casi 12,6% y las importaciones 21%. Y no es previsible una mejora en la tendencia argentina. Así, el superávit está hoy basado en débiles importaciones aun pese a que las exportaciones también están con poca fuerza y ni es muy repetible es escenario.
  • El superávit comercial de cada mes fue muy holgado (siempre mayor a 1.000 millones de dólares) entre enero y agosto por bajas importaciones, pero en septiembre se redijo ese saldo descendió a solo algo más de 500 millones de dólares.
  • Las importaciones deberán inexorablemente volver a niveles más
    normales si se pretende que el PBI crezca (en realidad, que se recupere luego de la gran caída de más de 10% esperable para este año) en 2021.
  • Las importaciones de bienes han llegado en 9 meses de 2019 a solo 30.462 millones de dólares. La proyección para el resultado anual de 2020 será de importaciones de bienes por unos 41.000 millones de dólares. Esto las coloca en el nivel más bajo desde el año 2009.
  • Las exportaciones de bienes se estiman para todo el año 2020 en unos 54.000 millones de dólares (el nivel más bajo desde 2009 también).
  • Ello entonces lleva a prever que las importaciones de bienes y servicios deberían llegar en 2021 a niveles que pueden calcularse en unos 62.000/65.000 millones de dólares -si se pretende que el PBI crezca como el gobierno espera-. Y ello supone importaciones superiores en unos 8.000/10.000 millones de dólares a las de 2020. Si eso no ocurriera, el PBI no podría recuperarse (no alcanzarían los servicios, los insumos, las piezas y partes, la energía para la producción y los bienes de capital requeridos).
  • Y si las importaciones se elevaran -como puede preverse- en unos 10.000 millones de dólares por encima de las inusitadamente bajos de 2020, puede anticiparse la necesidad de importaciones encima de los 70.000 millones desde 2022. Estamos hablando de mucho menor confort en la provisión de dólares por fuente comercial.
  • La última ocasión en la que las exportaciones crecieron a tasas de dos dígitos fue en el periodo de altos precios internacionales: 2011, 2010, 2008, 2007, 2006 y los años anteriores hasta 2002. Este escenario no es repetible ahora.