Aunque el mundo aguarda con grandes expectativas que las vacunas se transformen en una herramienta decisiva para contener al coronavirus, lo cierto es que la pandemia aún causa preocupación y, según las Naciones Unidas (ONU), amenaza con transformar el 2021 en un año de catástrofes humanitarias.
Durante una sesión extraordinaria de la Asamblea de la ONU, los principales responsables de la organización hicieron hincapié en que el futuro de planeta dependerá de las decisiones que se tomen o no de ahora en más.
“Esta sesión llega en un momento crítico”, señaló la vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, que destacó tres grandes prioridades paralelas: la atención sanitaria, la respuesta a las necesidades humanitarias y el apoyo a las medidas socioeconómicas de emergencia, y los planes de recuperación de los países.
La agencia de noticias EFE informó que todos esos aspectos se evaluaron en varias mesas redondas, incluida una centrada en el desarrollo de vacunas contra la enfermedad, en la que participaron científicos y responsables de algunos de los proyectos más avanzados.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, sostuvo que el rápido desarrollo de las vacunas contribuye a imaginar el final de la pandemia, pero dejó en claro que todavía queda un largo camino por recorrer. “Todavía estamos en una situación muy, muy peligrosa y difícil”, añadió el director de Emergencias de la OMS, Michael Ryan, que llamó la atención sobre los altos niveles de transmisión del virus en Europa y las Américas.
Ryan subrayó además que las vacunaciones no van a suponer “cero covid” a corto plazo, sino que la inmunización debe ser algo que se añada a las medidas sanitarias en vigor.
Tedros destacó cómo algunos países han logrado controlar la expansión del virus gracias al uso de “herramientas de salud pública probadas. Esto no es un accidente geográfico o demográfico, estos países han demostrado que con ciencia, solidaridad y sacrificio, este virus puede ser controlado, este virus puede detenerse”.
Sin embargo, en una crítica lanzada sin identificar a sus destinatarios, se lamentó de que “donde la ciencia queda tapada por teorías de la conspiración, donde la solidaridad es minada por la división y donde el sacrificio es reemplazado por el interés propio, el virus florece”.
El titular de la OMS insistió en la necesidad de que las vacunas sean accesibles para todos y consideró que no se puede aceptar “un mundo en el que los pobres y marginados sean pisoteados por los ricos y poderosos en la estampida por las vacunas».
Esa idea recibió un marcado respaldo de los responsables del desarrollo de algunas de las vacunas más avanzadas, en particular la que impulsan la farmacéutica Pfizer y su socia alemana BioNTech y la que realizan la Universidad de Oxford y AstraZeneca.
DEVASTADORAS CONSECUENCIAS
Desde la ONU señalaron el impacto socioeconómico de la pandemia y, sobre todo, las devastadores consecuencias que está teniendo para algunas de las poblaciones más vulnerables del mundo.
El director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, advirtió de que el próximo año “va a ser literalmente catastrófico” en el plano humanitario, con un aumento del hambre que tiene ya a una docena de países cerca de la hambruna.
“Si podemos llegar al final de 2021 evitando una gran hambruna será un logro”, señaló el jefe humanitario de la ONU, Mark Lowcock, quien advirtió que unos 235 millones de personas van a necesitar ayuda para poder sobrevivir. Ese valor es 40% superior al previsto para este año.
“Tenemos a cientos de millones de niños fuera de las escuelas y una plaga horrible de violencia contra mujeres y niñas. Una de las cosas más impactantes para mí de la pandemia ha sido el evidente deterioro del comportamiento de los hombres con mujeres y niñas. Todo el estrés, la ansiedad y la frustración se está tomando con las mujeres alrededor del planeta», aseguró Lowcock.










