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Cristina y Alberto dejaron mal parado a Guzmán

Los intentos de Martín Guzmán, el ministro de Economía, de acercar posiciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para reestructurar la deuda por 45 mil millones de dólares contraída en 2018 chocó con los mensajes contrapuestos del presidente Alberto Fernández y la vice, Cristina Fernández de Kirchner, respecto de los compromisos internacionales de la Argentina.

Guzmán se reunió el martes con la directora gerente del organismo multilateral,  Kristalina Georgieva y tras el encuentro ambas partes destacaron la puesta en marcha de un diálogo “estrecho” y “productivo” para establecer un nuevo programa de Facilidades Extendidas, que tendría cuatro años y medio de gracia y un plazo de 10 años.  Todo parecía ir viento en popa.

Claro, el ministro no contaba con que un día más tarde, mientras el Presidente le expresaba al director del Banco Mundial, David Malpass, que la Argentina tiene una marcada posición respecto de la necesidad de honrar sus deudas; la vicepresidenta aprovechaba el acto por el 24 de Marzo para sostener que “los plazos y tasa son inaceptables”.

CFK fue más allá y lanzó un claro mensaje político: “No tenemos la plata para pagar, creo que este 24 de Marzo debe ayudarnos a reflexionar sobre la necesidad imperiosa de retomar un modelo de producción y empleo, aunque es cierto que las dificultades son extremas”.

Fernández de Kirchner también aprovechó la oportunidad para lanzar dardos contra la gestión de Mauricio Macri por los 45 mil millones de dólares que obtuvo en 2018 de parte del FMI. “Hubo sectores que cuando terminó la dictadura, terminaron más ricos que cuando había empezado. Y nos dejaron el regalo de la deuda externa, entre ellos la familia y el grupo económico de ya sabemos quién”, señaló.

“Tuvimos un presidente que la deuda que su familia contrajo la estatizaron gracias a la dictadura. Ellos están en contra del Estado pero se hicieron los otarios cuando la deuda la tuvieron que pagar los argentinos», cuestionó la ex mandataria.

De todos modos, Cristina, a quien llamativamente la locutora oficial presentó por error como “señora Presidenta de la Nación” en un acto fallido muy sugestivo, en cierta medida le puso paños fríos a la cuestión al aclarar que “no estamos diciendo de no pagar. ¡Qué vamos a decir de no pagar, si nuestro espacio político fue el único que no endeudó a la Argentina y pagó las deudas de todos los otros gobiernos! Deberíamos hacer todos un esfuercito, sean del oficialismo o de la oposición. Si fueran de la oposición, son los que más deberían colaborar e insistir para que nos den mayor plazo y mucha menor tasa de interés”. La cuestión es que en medio de la negociación de Guzmán con el FMI resuena fuertemente la frase “no tenemos la plata para pagar”.

Casi simultáneamente con el discurso de CFK en Las Flores, Alberto Fernández se empeñaba en hacer buena letra con el Banco Mundial.  El Presidente le repitió a Malpass que “el país honrará sus deudas”. El Jefe del Estado explicó que “en la charla le ratifiqué nuestro deseo de encontrar acuerdos ante los organismos de crédito, en el marco de un crecimiento armónico y equitativo que nos permita seguir adelante cuidando a quienes más lo necesitan”.

 El encuentro del Presidente con Malpass tuvo significativa importancia, ya que la Argentina cuenta con una cartera de 26 préstamos con el Banco Mundial por un monto total de 6.149 millones de dólares, de los cuales resta desembolsar 2.066 millones.

En medio de las posturas no del todo coincidentes entre Alberto y Cristina, se confirmó que el FMI otorgará a la Argentina 4.354 millones de dólares en Derechos Especiales de Giro (DEG), lo que le permitirá al país robustecer reservas y afrontar en mejores condiciones vencimientos de deuda de este año.

Guzmán hizo el anuncio tras el encuentro que mantuvo con Georgieva. La resolución del FMI le otorga un alivio a la Argentina en el camino a la renegociación de su deuda con el organismo.