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Al Presidente lo tapó la ola

Parece mentira, pero hace poco menos de un año y medio Alberto Fernández estaba en la cresta de la ola. El incipiente manejo de la pandemia desatada por el coronavirus, en tiempos de plena incertidumbre, instalaba al Presidente en la posición del hombre seguro que contaba con un plan para hacer frente al Covid-19. Hoy la situación es diferente: el Jefe del Estado no pudo mantenerse sobre la tabla y la ola lo tapó.

Según la encuestadora Giaccobe & Asociados, en marzo de 2020 la imagen positiva de Fernández superaba el 60%. El aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO) se asumía como la estrategia más adecuada ante los desafíos que provocaba un virus desconocido. Pasado el tiempo, se detectó que los métodos del Gobierno nacional no sólo no contuvieron la pandemia, sino que provocaron un daño irreparable a la economía.

Un reciente sondeo de la misma consultora, efectuado del 16 al 18 de junio, determinó que la imagen positiva del Presidente se derrumbó al 24%. Al mismo tiempo, la mirada negativa se incrementó exponencialmente -término muy de moda en estos días de curvas de casos y muertes-, ya que pasó de poco más del 10% en marzo de 2020 al 62,8.

Fernández no escapa al concepto social que envuelve al Frente de Todos. Si bien en algún momento se lo veía como un cuadro político distinto del kirchnerismo duro, hoy comparte el rechazo sostenido que los consultados en la encuesta experimentan hacia la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner (65,5% de imagen negativa y 25% positiva) y el gobernador bonaerense Axel Kicillof (63,9 y 23,7).

Como contrapartida, el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta continúa siendo el político mejor visto del país. Su índice aprobación es del 41,9% y la desaprobación alcanza al 30,5. La titular del PRO, Patricia Bullrich, es la segunda dirigente con mejor imagen (41,6%). En cambio, el fundador de ese espacio, Mauricio Macri, ya no es bien considerado, pues lo destaca positivamente apenas el 25,4 –se podría decir que empata en ese rubro con CFK- y lo rechaza el 47,6.

El Presidente perdió terreno por culpa de la pandemia. Mejor dicho: de la politización de la pandemia y una estrategia que ha probado no ser eficaz para contener al virus. La lenta campaña de vacunación, el vacunatorio VIP, la poca efectividad de la mayoría de las medidas tomadas y las polémicas en torno de la adquisición de los agentes inoculadores han sido catastróficos para el análisis que la sociedad hace de la labor del titular del Poder Ejecutivo Nacional. Tanto es así que el 59,1% de los 2.500 entrevistados por Giaccobe & Asociados evalúa que las decisiones del Gobierno han sido las responsables del dramático aumento de contagios y  muertes por coronavirus. Otra ola que, sin dudas, tapó al Presidente. Un lejano 37,3 adjudica esta situación a la falta de responsabilidad de la gente.

Quizás como una consecuencia del punto anterior, el 63,2% admite sentirse “nada protegido” por el Estado contra la pandemia. El veredicto es estremecedor para una gestión que desde marzo de 2020 se jacta de defender la salud.

EL PEZ POR LA BOCA MUERE

Hoy, cuando la Argentina se acerca dramáticamente a las cien mil víctimas fatales se torna absurdo el comentario de Alberto en cuanto a que no podría dormir si los muertos por coronavirus llegaban a 40 mil.

Está claro que el primer mandatario no queda bien parado con sus declaraciones. Durante la visita del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, cometió el desliz de citar erróneamente al escritor Octavio Paz para postular que los mexicanos descienden de los indios, los brasileños salen de la selva y los argentinos bajaron de los barcos que llegaron de Europa. Fernández nunca tuvo en cuenta que el sentido original de la cita no dejaba bien parados a sus compatriotas.

Por si fuera poco, rozó el absurdo al asegurar que muchos argentinos se habían convertido en afroamericanos. Curioso intento de explicar la composición étnica del país, por cierto.

La consecuencia de esa temeraria forma de pronunciarse hace que el 71,7% de los consultados se confiese avergonzado por las palabras del Presidente.

Resulta imposible definir si el descenso en la imagen positiva de Fernández y el rechazo tanto a sus expresiones como a las políticas oficiales contra el coronavirus tendrán una consecuencia electoral. Lo cierto es que el 59,8% de los 2.500 argentinos entrevistados por Giaccobe & Asociados desea que el Frente de Todos sea derrotado en los comicios legislativos.

Se siente ya muy lejano el tiempo en el que Alberto Fernández estaba en la cresta de la ola. En estos días parece que la ola lo tapó.