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El coronavirus desinfla la pelota

Los planes de la AFA y de los clubes del fútbol argentino para regresar a la actividad se desvanecen por culpa del coronavirus. Los casos de contagios aumentan día a día en el micromundo de la pelota y ponen en jaque la puesta a punto de los equipos, que se imaginaban nuevamente en las canchas a mediados de este mes y ahora, ante la multiplicación de casos a lo largo y a lo ancho del país, aguardan por el vía libre del Gobierno nacional. Esa autorización pende de un hilo pues en las últimas horas se produjo una preocupante ola de testeos con resultados positivos.

Iván Pillud y Lucas Núñez (Racing), Alan Franco (Independiente), Felipe Zenobio y el preparador físico Sebastián Somoza (Tigre), seis jugadores de Argentinos que no fueron identificados por el club, Agustín Ramírez (Gimnasia) y otros cuatro casos en Atlético Tucumán fueron los ejemplos más recientes de la veloz propagación del Covid-19 en el fútbol local.

Estos 16 infectados repartidos entre seis equipos parecen un número poco significativo si se tiene en cuenta que por estas horas en Boca existen 18 futbolistas con resultados positivos, pero no dejan de representar un toque de atención. Esteban Andrada, Javier García, Agustín Rossi, Manuel Roffo, Carlos Izquierdoz, Lisandro López, Renzo Giampaoli, Julio Buffarini, Frank Fabra, Leonardo Jara, Eduardo Salvio, Guillermo Fernández, Franco Soldano, Ramón Abila, Mauro Zárate, Mateo Retegui, Walter Bou y Pablo Gerzel son las víctimas en la Ribera. Varios son juveniles, pero la mayoría comprende a jugadores muy importantes para el técnico Miguel Angel Russo, quien por pertenecer a un grupo de riesgo no está al frente de las prácticas.

También está puesta la mira sobre Lucas Menossi y Nicolás Fernández (San Lorenzo), quienes debieron ausentarse de los entrenamientos por un estado febril, pero todavía no integran la lista de casos confirmados. El entrenador Mariano Sosa también dio positivo, por lo que en Boedo no descartan que reciban más malas noticias relacionadas con el coronavirus.

PREOCUPACION Y EXPECTATIVA

La intranquilidad se agiganta en instituciones como Boca, Racing, River, Defensa y Justicia y Tigre que tienen muy cercanos sus compromisos por la Copa Libertadores, una competencia en la que la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) ya fijó el calendario del regreso. Están obligados a trabajar contrarreloj y rogar que las pruebas positivas no sigan apareciendo.

Mientras los clubes siguen practicando controles y muchos apelan a la llamada “burbuja sanitaria” que en Boca fracasó estrepitosamente para disminuir los riesgos de contagio, la conducción de la AFA observa con atención un panorama nada alentador.

El presidente Claudio Chiqui Tapia tiene hace un par de semanas postergada una reunión considerada crucial con el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, para determinar los pasos a seguir. En realidad, la AFA esperaba que el Gobierno les diera el pase para salir a jugar, pero como en la Casa Rosada se impone la idea de privilegiar las cuestiones sanitarias, hoy la pelota sigue en un rincón desinflándose.