Con más de 870.000 hectáreas distribuidas entre las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca, la Argentina forma parte de la mayor reserva mundial de litio, que se completa en un triángulo junto con Chile y Bolivia. Dado que es el insumo clave para la fabricación de baterías, es considerado un mineral cuyo precio podría escalar más temprano que tarde.
¿Estamos a las puertas de una nueva explosión del precio de los commodities? ¿Le llegó la hora al litio? ¿Qué impacto podría tener un fenómeno semejante en una economía quebrada como la Argentina? ¿Será el litio lo que fue la soja a comienzos del siglo?
Son muchas preguntas. Algunas de las respuestas las tiene Miguel Mitre, presidente de la compañía Ligreen, que explota un yacimiento de litio en el salar de Jama, Jujuy, en sociedad con la empresa Pluspetrol.
La cuarentena impone distancia. Desde Tucumán, Mitre le cuenta a Brunch de los avatares para conseguir financiamiento, y de lo promisorio que asoma el mercado del litio para la Argentina. «Para diciembre de 2021 podríamos estar extrayendo. El panorama es alentador», anuncia. Lo que sigue es un resumen de la charla:
+ «Viene un futuro promisorio para el litio, el cobre y el cobalto. Era algo que hace algunos años ya se proyectaba, pero que está experimentando una suerte de aceleración».
+ «Todas las automotrices tienen por delante un ambicioso plan para transformar su producción y fabricar autos eléctricos. Por ejemplo, Volvo proyecta para 2025 tener el 50% de sus automóviles eléctricos, mientras que Volkswagen se fijó tener el 25% para 2024».
+ «Los expertos dijeron hace algunas semanas que todo seguirá así hasta que las automotrices no se ensucien los zapatos e inviertan. ¿De dónde saldrán sino las baterías eléctricas? Las automotrices tienen que arriesgar su capital en esto».
+ «Toyota ha sido una de las primeras compañías en avanzar en este terreno. En el 2015 se asoció con la compañía Orocobre e invirtió u$s 80 millones».
+ «Lo cierto es que para los próximos 5 años se necesita multiplicar por 6 la producción de litio para fabricar baterías. Será imposible alcanzar esa meta si no se comienza ahora. Y para 2030 se necesitan 18 veces más».
+ «Por ahora acá hablan mucho de proyectos pero se ha invertido poco en el campo. Son todos negocios de palabra. Se necesitan inversiones grandes. Por ejemplo, mi salar puede ser considerado chico, pero requiere de u$s 40 millones. Sin embargo, en los últimos tiempos ha habido un fuerte crecimiento en el interés por la explotación del litio».
+ «Con la pandemia el precio del litio bajó, al igual que el de otros commodities. Pero es algo pasajero. El litio llegó a estar en u$s 16.000 la tonelada y cayó a u$s 8.500. Ese no era el precio real. Así no vendía ni 100 gramos. Pero entonces se fijó un precio de referencia que está en u$s 11.000, y estimo que subirá hasta u$s 13.000».
+ «En el último mes hubo un aluvión de contactos para ver cómo podemos avanzar con las inversiones en el salar. Empezaron a llegar interesados. Ahora estamos trabajando con una empresa australiana que utiliza un sistema de extracción que utiliza menos agua».
+ «Las grandes compañías mineras a través de las automotrices y diversos partners salieron a buscar para invertir. De pronto se activó el mercado del litio. Va a crecer la demanda en Argentina porque Chile congeló la producción».
+ «Además, la legislación minera argentina es muy buena. Los últimos gobiernos y el actual han respaldado a la minería. De hecho, dijeron que favorecerán a las compañías que inviertan en el país».
+ «Existen ventajas comparativas muy importantes para Argentina en este terreno. En Australia el costo de producción de litio es alto porque utilizan una técnica similar al fracking. Ellos tienen el litio en las rocas, no como acá. El costo es de u$s 9.500, contra u$s 1.500 de la Argentina».
