En un acto realizado este 17 de octubre frente a la histórica Casa de Gaspar Campos, en Vicente López, el candidato a diputado nacional Santiago Cúneo criticó con dureza a sectores del peronismo, a la expresidenta presa y a la central obrera. Llamó a “votar futuro” en las próximas elecciones.
En el marco del Día de la Lealtad Peronista, Santiago Cúneo -candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires del frente Nuevo Buenos Aires- encabezó un acto frente a la casa donde vivió Juan Domingo Perón, en la calle Gaspar Campos, y pronunció un encendido discurso en el que mezcló recordatorios históricos, críticas internas al justicialismo y un vivo llamado a la movilización electoral.
Antes de comenzar su discurso, el candidato agradeció la presencia del secretario General del Sindicato de Trabajadores Municipales de Vicente López, Victorio Pirillo, quien fuera el autor intelectual de recuperar la Casa de Gaspar Campos, y proponer convertirla en una Escuela de Conducción Política y de Capacitación Sindical, como así también Casa de Huéspedes de presidentes latinoamericanos y sede de la CGT Regional Provincia de Buenos Aires.
Pirillo saludó a la nutrida concurrencia, agradeció a los militantes y -filosamente- les recordó a Cristina y Máximo Kirchner (como interventores del PJ Nacional y Provincial), lo que Perón dijo: “Mi único heredero es el pueblo”. Por lo tanto, el sindicalista sentenció: “La casa de Perón debe estar abierta todo el tiempo para el pueblo”.

“Bueno, compañeros, estamos donde tenemos que estar”, arrancó Santiago Cúneo, y rápidamente ubicó su intervención en un marco simbólico: la “Casa de Perón”, como emblema de la unidad nacional y de la tradición peronista. Desde allí trazó una línea que, según él, va desde el abrazo entre Perón y Balbín hasta la actual disputa interna por la identidad del partido. La casa de Gaspar Campos, recordó el orador, es un sitio con fuerte carga histórica dentro del peronismo y fue mencionada como punto central del homenaje.
El núcleo del mensaje de Cúneo fue una crítica dura contra lo que definió como la “socialdemocracia” que, en su visión, se apropió de los instrumentos partidarios y traicionó la lealtad peronista. Acusó a dirigentes y sectores del PJ y de la CGT de haber “secuestrado” la casa del General y de haber abandonado el legado de Perón, y no dudó en vincular a esos sectores con decisiones políticas recientes que, a su juicio, son funcionales a las políticas liberales.
Cúneo reivindicó las figura de Perón, de Eva Perón y de José Ignacio Rucci como el “trío” que sintetiza al peronismo y reivindicó el legado industrial y de planificación del primer peronismo: “Perón siempre habló de futuro”, enfatizó, recordando políticas como los planes quinquenales, el desarrollo industrial y proyectos tecnológicos que -dijo- marcaron “los mejores años de la historia argentina” en materia de industria.
En su intervención, no faltaron ataques directos hacia la expresidenta Cristina Kirchner: la responsabilizó, por decisión única y propia, de instalar a Alberto Fernéndez y Daniel Scioli, y de ser responsable directa de haber ungido ella a Mauricio Macri en el gobierno y ahora a Javier Milei. A su juicio, fueron decisiones que terminaron favoreciendo a “los fondos”; a legitimar la deuda con el FMI; a tener vínculos con la exjefa del Comando Sur de EE.UU. Laura Richardson y a políticas que, según Cúneo, condujeron a la crisis actual. También apuntó contra la actual conducción sindical de la CGT a la que acusó de no representar a los trabajadores y de haber mirado para otro lado en fechas emblemáticas como el 17 de octubre.

El candidato aprovechó para trasladar el plano simbólico al electoral: llamó a los militantes y a “los pibes” a votar el 26 de octubre por la lista que él encabeza -la que definió como “la única que tiene expresión y contenido peronista” en su propuesta- y lanzó una consigna confrontativa contra quienes, según dijo, “le votaron a este Gobierno” y aplicaron “ajustes criminales”. En ese pasaje, el tono se endureció y la movilización callejera y parlamentaria apareció como parte central de su llamado: “Pateemos la puerta del Congreso”, arengó ante los presentes.
El acto, celebrado en un sitio con amplio simbolismo peronista, remarcó la tensión interna que atraviesa el espacio justicialista: mientras algunos sectores eligen reivindicar la figura histórica de Perón desde la institucionalidad partidaria, otros -según el candidato- habrían transformado esos símbolos en “proyectos inmobiliarios” o en estrategias ajenas al proyecto original. La Casa de Gaspar Campos, donde Perón residió en la década del 1970 y que hoy funciona como un emblema del peronismo en Vicente López, volvió así a ser escenario de disputa política y de reivindicación simbólica.
Con un cierre de fuerte componente electoral y cultural, Cúneo reclamó “votar futuro” y propuso una agenda que, en sus palabras, incluye pleno empleo, tecnología, desarrollo industrial y una inserción internacional distinta, con referencias a alianzas globales alternativas. El llamado a la movilización quedó planteado como la respuesta a lo que calificó de “traición” interna y como camino para recuperar lo que, según él, debe ser la identidad del peronismo en el siglo XXI.